Pekín ha anunciado que no se han registrado contagios del coronavirus SARS-CoV-2 durante la última jornada. Es la primera vez que la estadística queda en cero desde principios de junio, cuando se detectó un rebrote en el mercado mayorista de Xinfadi que ha dejado un total de 335 infectados.
Lo más importante: las autoridades chinas continúan investigando la causa del último brote, aunque se ha difundido que el virus se detectó en tablas utilizadas para cortar salmón del mercado pekinés. Esta información provocó la prohibición de ciertas importaciones y un mayor escrutinio de proveedores de alimentos extranjeros. Además, en un intento por frenar la propagación, se confinaron aquellas zonas declaradas de riesgo, suspendido las clases y aconsejado el teletrabajo entre la población.
La comisión de salud de la capital china ha notificado, además, la detección de un único caso asintomático, una cifra que China no incluye en sus recuentos de casos confirmados. En el resto del país asiático se han diagnosticado ocho nuevos positivos, todos ellos en viajeros procedentes del extranjero, los conocidos como casos importados.
El gobierno de Pekín ha examinado, hasta la fecha, a más de 11 millones de personas por coronavirus [contexto id=»460724″] desde el pasado 11 de junio, es decir, aproximadamente la mitad de la población de la ciudad han sido sometidos a pruebas de detección de la COVID-19. Los confinamientos localizados en toda la ciudad se han aliviado en los últimos días y las personas que viven en áreas de la ciudad consideradas de «bajo riesgo» pueden desplazarse, de nuevo, libremente.
El subdirector del centro de la ciudad para el control de enfermedades, Pang Xinghuo, ha expresado a los medios que el brote de Pekín está «estabilizándose y mejorando». Esta noticia viene dada tras el estricto bloqueo casi medio millón de personas en la vecina provincia de Hebei para contener un nuevo foco, adoptando las mismas medidas estrictas impuestas en el apogeo de la pandemia en el epicentro de la ciudad de Wuhan a principios de este año.
Por su parte, la Comisión Nacional de Sanidad de China no ha anunciado nuevos fallecimientos por la COVID-19, por lo que la cifra se mantiene en 4.634 decesos y 83.565 infectados diagnosticados oficialmente en China desde el inicio de la pandemia.