Nueva Zelanda ha decidido aplazar un mes las elecciones generales, que ahora se celebrarán el 17 de octubre, por el rebrote de COVID-19 en Auckland, la ciudad más poblada del país. Así lo ha anunciado la primera ministra, Jacinda Ardern —que goza de un momento récord de popularidad y cuyo partido parte como ganador indiscutible—, después de recibir presiones tanto de la oposición como de sus socios de Gobierno.
En contexto: el retraso de los comicios, que inicialmente iban a celebrarse el 19 de septiembre, se da después de que la semana pasada se detectaran en Auckland cuatro casos de COVID-19, tras 102 días sin infecciones locales. Alrededor de 1,7 millones de habitantes de Auckland se encuentran confinados hasta el 26 de agosto. Mientras, el resto de la población del país está sometida a medidas de restricción social que impide los encuentros de candidatos con los electores.
«No cambiaré la fecha de nuevo», ha advertido Ardern.«El 17 de octubre, en unas nueve semanas, da tiempo suficiente a los partidos y la Comisión Electoral para que se planifiquen y para asegurar a los votantes que tendrán unas elecciones seguras, accesibles y creíbles».
La primera ministra ha sido aplaudida internacionalmente por su gestión del coronavirus[contexto id=»460724″]. Siendo uno de los confinamientos más estrictos del mundo cuando a finales de marzo el país contaba solo con 50 infecciones, Nueva Zelanda pudo volver a la práctica normalidad a principios de junio.
Impacto político
Jacinda Ardern, líder del Partido Laborista, ha aumentado su popularidad durante la pandemia y le ha permitido acumular de cara a estos comicios un 53,5% en intención de voto frente al Nacional, que cuenta con un 26,5%, según una encuesta publicada la semana pasada por la consultora Roy Morgan.
Con la fuerte posibilidad de obtener un segundo mandato sin necesidad de alianzas, Ardern había estado bajo fuerte presión para que se aplazasen los comicios. Especialmente por parte del viceprimer ministro, Winston Peters, líder del New Zealand First, que junto al Partido Verde son socios de la coalición de Gobierno de Nueva Zelanda.
La líder del Partido Nacional, Judith Collins, que buscaba que se aplazaran los comicios por lo menos a noviembre, no se ha mostrado satisfecha con la fecha y ha responsabilizado al Gobierno del nuevo brote. «Ahora tenemos que centrarnos en cómo exactamente se cometió un fallo catastrófico en la frontera para asegurarnos de que no pase nuevamente» ha precisado la candidata opositora en Twitter.
Por su parte, las autoridades neozelandesas se encuentran centradas en detener la propagación de este brote cuyo punto de partida se cree que podría estar en un almacén de la empresa de transporte y refrigeración Americold, compañía que también cuenta con otra instalación similar en la ciudad de Melbourne, el epicentro de la segunda ola de COVID-19 en Australia.