La tasa de contagio de los niños en los campamentos de verano es muy inferior a la media, con una tasa de reproducción (Rt) del virus de 0,3, mientras que en las poblaciones del entorno de estos centros de recreo la media se sitúa entre el 1,7 y el 2. Así se desprende del estudio ‘Kids Corona’ del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, en el que han participado más de 1.900 personas, entre niños y monitores de los campamentos de verano del área de Barcelona.
Los datos: en las cinco semanas del estudio, los investigadores detectaron un total de 39 casos de coronavirus de nueva aparición, 30 de ellos en niños y que tuvieron un total de 253 contactos, de los que en sólo doce hubo transmisión.
Los autores de este estudio han indicado, no obstante, que los resultados del mismo no son «directamente extrapolables» a los entornos escolares porque las actividades de estos campamentos se realizaron en su mayoría al aire libre y en grupos de menos de diez niños.
«Los niños tienen la capacidad de infectarse, ahora hemos visto que tienen la capacidad de transmitir, pero si hacemos las cosas con una serie de estrategias probablemente la trascendencia de la apertura de las escuelas puede ser poca y las podremos abrir de forma segura y con unas tasas de infección y de transmisión lo más bajas posible», ha afirmado la doctora Iolanda Jordan, una de las autoras del estudio.
En base a los datos que arroja el estudio, los autores han afirmado que se puede deducir que el factor R es «seis veces inferior» en los campamentos de verano que el que se encontraba en la población en general.
Del estudio también se desprende, según los autores del mismo, que los niños de menos de 12 años tienen la misma capacidad de transmitir la enfermedad que los que tienen edades comprendidas entre los 13 y los 17 años.
El monitoreo de los niños se ha hecho mediante pruebas PCR de saliva, una elección que han justificado basándose en que es menos molesta que las PCR nasofaríngeas que se realizan habitualmente, pero igualmente fiables.
El estudio también ha certificado la validez de dos de las medidas de prevención que quieren implementar en las escuelas de cara al inicio del curso escolar: los grupos burbuja y el lavado de manos.
Los autores han señalado que los grupos burbuja «muy probablemente» han conducido a esas tasas tan bajas de transmisión y que en aquellos centros de recreo en los que el lavado de manos era frecuente -más de cinco veces al día- las tasas de infección eran «nulas» o las más bajas registradas.
La consellera de Salud, Alba Vergés, ha afirmado en la presentación del estudio que éste «puede aportar ideas para la toma de decisiones rigurosas» de cara al inicio del curso escolar y la apertura de las escuelas.
Con todo, los resultados de este estudio todavía están pendientes de las pruebas serológicas que se han realizado a propósito del mismo y que podrían suponer «alguna variación».
El estudio se ha realizado, al igual que todos los impulsados por la plataforma Kids Corona, con aportaciones de la sociedad civil, entre las que destacan los 500.000 euros aportados por la Fundació Barça, los 200.000 del Banco Santander y la ayuda de las fundaciones Nou Mil·lenni, Villa Reyes, Carmen y Maria José Godó, y la inmobiliaria Colonial, entre otras.