Tres días después de la decapitación en los suburbios parisinos de Samuel Paty, un profesor que mostró caricaturas de Mahoma en una clase sobre libertad de expresión, 15 personas ha sido detenidas en el marco de la investigación antiterrorista. Entre ellos hay cuatro estudiantes de secundaria, según ha informado una fuente judicial.
Lo más importante: una fuente cercana al caso asegura que varios estudiantes le ofrecieron una suma de dinero –«varios cientos de euros»– al asesino, Abdullah Anzarov, un refugiado ruso de 18 años y origen checheno, para que acabase con el profesor. A los estudiantes se suma la detención de otra persona ya vinculada a movimientos terroristas que se presentó voluntariamente ante los investigadores por haber estado en contacto con el agresor tiempo antes de los hechos.
Los padres del asesino, un abuelo y su hermano menor, o el padre de una alumna del instituto de la víctima (que publicó varios vídeos en redes sociales denunciando al profesor y dando información privada sobre él), son algunos de los arrestados, que en casos de terrorismo pueden estar hasta seis días bajo interrogatorio.
«Quien amenaza a la República no tendrá respiro por parte de la Justicia», ha subrayado el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien también ha precisado que los primeros arrestos por los al menos 80 mensajes de odio identificados comenzaron el domingo. El Ejecutivo promete acciones concretas y rápidas contra individuos o asociaciones radicalizadas. El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha reunido con la familia de Paty, a quien se le dedicará un homenaje nacional el próximo miércoles.
Este episodio ha reavivado el debate en torno a la libertad de expresión. El pleno del Parlamento Europeo ha guardado este lunes un minuto de silencio en memoria de Paty y el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, lamentó que el profesor fuese asesinado por «creer en la libertad de expresión y transmitir a sus alumnos la libertad de pensamiento, la apertura de miras y el valor de la convivencia».