Castilla y León y Valencia solicitan al Gobierno que imponga el toque de queda en sus territorios para frenar el avance del coronavirus. La Junta de Castilla y León ya ha remitido por carta la solicitud al Gobierno, mientras que la Generalitat Valenciana planteará esta tarde en el Consejo Interterritorial de Salud un toque de queda entre la medianoche y las seis de la mañana hasta el próximo 9 de diciembre en toda España y, si no es posible, solo en la Comunidad Valenciana.
Lo más importante: el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha dicho que el toque de queda es una medida que «está encima de la mesa» y que esta tarde, en el Consejo Interterritorial de Salud, escuchará a las comunidades su opinión. Además, ha recordado que esta medida ya se está aplicando en algunos países, como Francia.
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, que ha defendido en rueda de prensa que la situación es «francamente preocupante» y avoca nuevamente al «colapso sanitario», ha apelado a la «responsabilidad» del Gobierno para que, además de permitir este tipo de medidas restrictivas, se apliquen medidas homogéneas en todas las comunidades autónomas aprobadas en la reunión de esta tarde porque «no puede pasar del día de hoy».
«No tomar medidas sería una irresponsabilidad», ha planteado el vicepresidente de cara a la reunión de esta tarde, ya que «la vida de decenas de miles de ciudadanos están en juego».
Por su parte, el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha trasladado su petición al presidente de la patronal autonómica CEV y a los secretarios generales de los sindicatos CCOO PV y UGT-PV, quienes le han mostrado su apoyo a esa petición, según han señalado Salvador Navarro, Arturo León e Ismael Sáez a los periodistas a su salida del Palau de la Generalitat. Los tres han coincidido en que la medida del toque de queda permitiría hacer compatible la actividad económica y la lucha sanitaria contra la pandemia.
