El ministro de Migración griego, Notis Mitarakis, ha anunciado este jueves el inminente cierre del criticado campo de Kara Tepe en la isla de Lesbos, donde viven en muy duras condiciones unos 7.000 refugiados desde los incendios que destrozaron Moria a finales de verano.
Lo más importante: en el último año las llegadas de migrantes y refugiados por mar a las islas griegas se han reducido notablemente. Decenas de organizaciones humanitarias han denunciado repetidamente que la Guardia Costera griega, pero también Frontex, cometen devoluciones en caliente a Turquía de forma sistemática. El Gobierno por su parte califica estas denuncias de noticias falsas y propaganda turca y se niega a investigarlas. Además, en enero una veintena de organizaciones humanitarias alertaron al Gobierno griego sobre el riesgo de contaminación por plomo en el campo de migrantes en la isla de Lesbos y pidieron que se tomen medidas inmediatamente.
En una carta que ha enviado al alcalde de Mitilene, Stratís Kytelis, el ministro ha destacado que las demandas de asilo de todos los residentes del campamento han sido examinadas y está en curso la comunicación de sus resultados.
Según el ministro, en las próximas semanas, cuando se debe concluir el traslado a Alemania de 1.104 refugiados, el campo de Lesbos cerrará y el terreno será devuelto al Ayuntamiento de Mitilene.
Mitarakis ha añadido que, como muy tarde en noviembre, todos los pisos y hoteles que alojan refugiados en el marco del programa ESTIA serán evacuados y sus residentes trasladados a un nuevo campo cerrado, aún sin construir.
El ministro ha afirmado que en los últimos seis meses más de 8.500 refugiados –de los que 3.900 salieron de Lesbos– fueron trasladados desde las islas del Egeo a Grecia continental. Además, el ministerio asegura que la población refugiada de Lesbos se redujo en enero en un 58% respecto al mismo mes de 2020, cuando había 20.868 solicitantes de asilo.
La Unión Europea y el gobierno de Grecia firmaron en diciembre un acuerdo para el establecimiento de un nuevo campo de recepción de migrantes en la isla de Lesbos en septiembre de 2021, en sustitución del campamento de Moria, devastado por un incendio en septiembre. El acuerdo prevé un reparto de responsabilidades entre la Comisión Europea, las autoridades griegas y las agencias de la UE.
Tras la destrucción del insalubre campo de Moria se estableció un campo provisorio en la isla, donde más de 7.300 solicitantes de asilo –incluidos niños, discapacitados y enfermos– se hacinan en tiendas de campaña sin calefacción ni agua caliente a medida que se acercaba el invierno boreal. Es el que ahora Grecia dice que va a cerrar.
