La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este jueves que la Unión Europea está «lista» para comenzar a hablar sobre la propuesta de liberar las patentes de las vacunas contra la COVID-19, lanzada el miércoles por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. «La Unión Europea está lista para conversar sobre cualquier propuesta que responda a la crisis de forma efectiva y pragmática. Y por eso estamos listos para hablar sobre cómo el levantamiento de la propiedad intelectual puede ayudar en alcanzar ese objetivo», ha dicho Von der Leyen.
En contexto: el Gobierno del presidente Joe Biden apoyó el miércoles una propuesta que varios países han presentado en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para suspender la propiedad intelectual de las vacunas contra la COVID-19, cuando Estados Unidos ya lleva administradas 250 millones de dosis.
El anuncio ha sido acogido con fuertes caídas de las acciones de las farmacéuticas Pfizer y BioNTech, además de Moderna y Novavax en la bolsa de Wall Street.
Biden cumplió con su promesa de campaña de dar su respaldo a la suspensión de patentes, pero solo lo ha hecho cuando el ritmo de vacunación en Estados Unidos cae en picado y el país está en poder de decenas de millones de dosis aún por administrar.
Ha sido la Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Katherine Tai, quien ha informado de que Washington considera necesario aumentar la producción de vacunas para acabar con la pandemia en todo el mundo, pese a dejar claro que sigue creyendo «firmemente» en la protección de la propiedad intelectual. «Esta es una crisis de salud global y las circunstancias extraordinarias de la pandemia de la COVID-19[contexto id=»460724″] exigen medidas extraordinarias», argumentó Tai.
La decisión de Biden se produce después de días de intenso debate dentro del Gobierno, que ha sufrido la presión de algunos grupos empresariales y gigantes farmacéuticos de Estados Unidos.
El sector farmacéutico se opone a la suspensión temporal de patentes porque considera que podría dañar su modelo de negocio. Además, alega que no solucionará los problemas de distribución a corto plazo, porque se necesitan medios y conocimientos técnicos muy específicos para producir las vacunas anticovid.