El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este lunes que el certificado de vacunación o de haber pasado el coronavirus que se utiliza a modo de pasaporte sanitario en grandes aglomeraciones pasará a utilizarse en restaurantes, bares, teatros y cines desde la semana próxima.
Los detalles: el mandatario francés ha anunciado además que el personal sanitario y quienes trabajen con personas frágiles -como los empleados de residencias de ancianos-, tendrán la obligación de vacunarse antes del 15 de septiembre, y a partir de entonces habrá sanciones para quienes no lo hagan.
«Cuanto más vacunemos, menos espacio dejamos para que el virus se difunda», ha dicho Macron en un discurso televisado en el que ha adelantado las nuevas medidas para frenar el incremento de contagios por la difusión de la variante Delta del coronavirus[contexto id=»460724″], que supone ya más de la mitad de todos los casos en Francia.
Así, a partir del 21 de julio, el pasaporte sanitario, que hasta ahora es obligatorio para acceder a discotecas pero también a grandes eventos sociales o deportivos con más de 1.000 personas, se exigirá para acceder a lugares culturales donde se reciba a más de 50 personas.
En agosto, la prueba de inmunidad o de haber recibido la pauta completa de la vacuna se requerirá también a mayores de 12 años en cafés, restaurantes, bares, autobuses y trenes de largo recorrido, así como a aviones, una forma de incitar a los más escépticos a vacunarse y dar un nuevo empujón a la campaña.
Además, las PCR y test de antígenos, que hasta ahora eran reembolsadas por la Seguridad Social, pasarán en otoño a ser de pago salvo en el caso de que sean prescritas por un médico. «La vacunación no será obligatoria para todo el mundo, pero la vamos a promover para que el mayor número (de personas) se vacune», ha resumido Macron.
En el que ha sido su octavo discurso a la nación desde que empezó la crisis sanitaria, el dirigente ha querido poner el acento en la recuperación económica del país, para lo que considera necesario la vacunación de todos los franceses, y ha mostrado, igualmente, su empeño por sacar adelante la reforma de las pensiones de jubilación, que había quedado aparcada.