Las decisiones sobre promoción y evaluación de la ESO serán adoptadas colegiadamente por el equipo docente, sin que sea obligatorio realizar una prueba extraordinaria o examen de recuperación de las materias no superadas, que sí tendrán que realizar los alumnos de Bachillerato. Así lo contempla el proyecto de real decreto por el que se regulará la evaluación y promoción en Educación Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional que elabora el Gobierno y que ha sido sometido durante el mes de julio a consulta pública.
Implicaciones: el borrador estipula que la evaluación en la ESO será «continua, formativa e integradora» y que cuando el progreso de un alumno no sea el adecuado, se establecerán medidas de refuerzo. «Las decisiones sobre promoción y titulación serán adoptadas colegiadamente por el equipo docente tras una convocatoria de evaluación que tendrá lugar al finalizar el curso escolar», indica el texto.
Sin embargo, los alumnos de Bachillerato si tendrán que realizar «una prueba extraordinaria de las materias no superadas en el curso en las fechas que determinen las administraciones educativas», según el proyecto.
Los estudiantes de ESO pasarán de curso cuando el profesorado considere que las asignaturas no superadas no les impiden seguir con éxito el curso siguiente y se estime que tienen expectativas favorables de recuperación. «En todo caso promocionarán quienes hayan superado las materias o ámbitos cursados o tengan evaluación negativa en una o dos materias».
La permanencia en el mismo será una medida excepcional y se tomará tras «haber agotado las medidas ordinarias de refuerzo y apoyo». Obtendrán el título de ESO los alumnos que hayan adquirido, a juicio de los docentes, las competencias establecidas y alcanzado los objetivos de la etapa.
En Bachillerato, se pasará de primero a segundo cuando se hayan superado las materias cursadas o se tenga como máximo dos suspensos. Para titularse será necesaria la evaluación positiva en todas las materias de los dos cursos y, de forma excepcional, el profesorado podrá decidir la obtención del título que haya aprobado todo salvo una, siempre que se considere que ha logrado los objetivos de la etapa o que no se haya producido una inasistencia continuada, entre otras condiciones.
La última ley educativa (Lomloe) modifica de forma significativa cómo se regula la evaluación, la promoción y la titulación y concede una especial relevancia a la actuación colegiada del equipo docente, a quien se otorga la responsabilidad última de la decisión de pasar de cursos y obtener la titulación. Al mismo tiempo, la ley pone el foco en los mecanismos de apoyo. Por ello dispone que la permanencia en un mismo curso debe ser algo excepcional que solo se podrá adoptar una vez durante Primaria y dos veces como máximo durante la enseñanza obligatoria.
Precisamente uno de los objetivos de este nuevo real decreto de desarrollo de la Lomloe —que se aplicará en el año académico 2021-2022 para todos los cursos y durante el curso 2022-2023 para los cursos pares—, es evitar la repetición (España triplica la tasa de la OCDE). Según el proyecto, en Primaria, la evaluación también será «continua y global» y tendrá en cuenta su progreso en el conjunto del aprendizaje; el equipo docente decidirá sobre la promoción de manera colegiada, tomando especialmente en consideración el criterio del tutor.