Las autoridades de Rusia han notificado este miércoles un nuevo máximo diario de muertos por coronavirus con más de 1.025 fallecidos, cifra que supera la del martes, en medio de un drástico repunte durante las últimas semanas que ha dejado además más de 34.000 casos durante la última jornada. Ante esta situación, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha decretado una semana festiva a partir del 30 de octubre, una medida que se aplicaría a partir del 23 de octubre en las zonas más afectadas.
El centro operativo nacional para la lucha contra el coronavirus ha detallado que durante las últimas 24 horas se han registrado 34.073 contagios y 1.028 fallecidos, lo que eleva las cifras totales a 8.094.825 y 226.353, respectivamente, desde el inicio de la pandemia.
Rusia confirmó el sábado por primera vez más de mil muertos en un día a causa de la COVID-19, barrera que ha superado posteriormente el martes y el miércoles. Asimismo, ha sumado por primera vez varios días por encima de los 34.000 positivos durante la última semana.
La capital, Moscú, figura nuevamente como la ciudad con más casos y fallecidos, con 5.847 y 76, respectivamente. Por detrás se sitúa San Petersburgo, con 3.274 contagios y 62 decesos, según ha informado la agencia de noticias Sputnik. Por su parte, la provincia de Moscú ha notificado 2.590 positivos, mientras que Nizhni Novgorod ha confirmado 40 muertos.
Teletrabajo y vacunación
El alcalde de Moscú, Sergei Sobianin, anunció el martes la reintroducción del teletrabajo y la obligatoriedad de las vacunaciones para los trabajadores del sector servicios, mientras que los ancianos y las personas con enfermedades crónicas deberán permanecer confinadas en sus viviendas.
El organismo ha apuntado que 7.065.712 personas se han recuperado de la COVID-19, incluidas 25.231 altas durante el último día, mientras que 1.738.781 siguen bajo observación como posibles casos de coronavirus, una cifra al alza durante las últimas semanas, según los datos de la Oficina Nacional de Protección al Consumidor (Rospotrebnadzor).
Ante esta situación, el prresidente ruso, Vladimir Putin, ha decretado una semana festiva a partir del 30 de octubre, una medida que se aplicaría a partir del 23 de octubre en las zonas más afectadas.
Vacaciones pagadas
La decisión, que ha sido abordada este mismo miércoles por el Gobierno, contempla las vacaciones pagadas y la orden de que los negocios no esenciales den permisos a sus trabajadores hasta el 7 de noviembre, tal y como ha recogido el diario ruso ‘The Moscow Times’.
«Es particularmente importante rebajar el pico de la nueva ola de la epidemia. En ese sentido, dada la situación actual, por supuesto, apoyo las propuestas (…) de declarar en todo el país como no laborales los días del 30 de octubre al 7 de noviembre incluido, preservando
el sueldo», ha dicho Putin en una reunión virtual con los miembros del Gobierno.
En caso de que la tendencia epidémica continúe, el presidente ha señalado que se estudiará la posibilidad de prorrogar esta medida más allá del 7 de noviembre. En relación con las regiones más afectadas, Putin ha pedido a la población «consultar a los expertos, evaluar la situación y, en caso de que se requiera, decidir si imponer cuando antes los días no laborables».
Hasta la fecha, cerca un tercio de la población rusa cuenta con la pauta completa, mientras que varios sondeos muestran que más de la mitad de los rusos no planean vacunarse, una situación que ha sido achacada por las autoridades como una de las causas de la propagación del virus.