Las autoridades de Rumanía impondrán, desde este lunes, un toque de queda en todo el país que afectará exclusivamente a todos los ciudadanos no vacunados. Esta decisión se toma ante la dramática subida de contagios y muertes por coronavirus.
El presidente rumano, Klaus Iohannis, ha calificado la situación epidemiológica como «catastrófica». En las últimas 24 horas, Rumania ha notificado 570 fallecidos mientras la tasa de vacunación no supera el 30% de la población.
Iohannis ha destacado la «vacunación en masa» en el resto de países europeos, donde asegura, la pandemia «está controlada«. «Mientras tanto, aquí en Rumanía se ha desatado una verdadera catástrofe, con cientos y cientos de muertos cada día», ha matizado.
Además de esta decisión, el Gobierno rumano cerrará las escuelas e institutos durante dos semanas y trasladará a todo el país la prohibición de entrada a negocios no esenciales para los no vacunados, que se venía aplicando en zonas con alta incidencia.
Nuevo récord de muertes
El anuncio del presidente se produce un día después de que Rumanía rompiera el martes un nuevo récord de muertos en 24 horas, al registrar 574 muertes, casi la mitad de los 1.214 fallecidos en ese mismo intervalo de tiempo en toda la Unión Europea.
Frente a la tasa de vacunación media de la UE, cercana al 70%, Rumanía es, por delante de Bulgaria, el país con menos inmunizados per cápita. La cuarta ola ha obligado a suspender las hospitalizaciones no esenciales, para atender a los pacientes graves de covid. Hasta el momento se encuentran ingresados 19.700 enfermos, de los que 1.800 se encuentran en cuidados intensivos.
