El CSIC defiende llevar mascarilla en exteriores hasta finales de enero en grandes ciudades
Margarita del Val, considera que «en las grandes ciudades, se tendría que pedir mascarilla en exteriores» hasta finales de enero de 2022
La viróloga e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Margarita del Val, considera que «en las grandes ciudades, se tendría que pedir mascarilla en exteriores» hasta finales de enero de 2022.
Preguntada en una entrevista a Rac1 recogida este sábado por Europa Press por si el coronavirus podría ser endémico en la primavera de 2022, ha respondido: «No lo descarto, depende de cómo lo hagamos».
Ha afirmado que «es probable» que solamente haya que inocularse la pauta completa una vez, y no anualmente.
Por su parte, un nuevo estudio de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, y publicado en la revista Frontiers in Immunology asegura que que baje el nivel de anticuerpos no significa tener menor protección frente al coronavirus.
«En general, los niveles de anticuerpos están disminuyendo, pero no su capacidad para proteger contra la infección –asegura Ted Ross, autor principal y director del Centro de Vacunas e Inmunología de la UGA–. La calidad sigue ahí aunque la cantidad total haya bajado».
El estudio ha comprobado que la vacunación da lugar a una respuesta inmunitaria significativamente más robusta que la observada en las personas que contrajeron el coronavirus de forma natural.
Los participantes vacunados mostraron niveles más altos de anticuerpos neutralizantes, que sirven de vigías de los virus y alertan al sistema inmunitario del organismo cuando ha sido infectado. Los anticuerpos de estas personas también eran más eficaces a la hora de unirse al virus, lo que impide que se fije e infecte las células.
Además, el estudio demostró que para la mayoría de las personas infectadas por el virus, una sola inyección de la vacuna de Moderna o Pfizer era suficiente para hacerlas totalmente inmunes al coronavirus. Sin embargo, algunos pueden necesitar ambas inyecciones para estar totalmente protegidos, y actualmente no hay forma de saber quiénes lo están o no. Por lo tanto, Ross recomienda que todo el mundo -incluso los que han tenido COVID-19- reciba la segunda vacuna. «No hace daño recibir la segunda», puntualiza.
La investigación forma parte de un programa de vigilancia a gran escala y de varios años de duración con más de 3.100 participantes de entre 18 y 90 años. Cada mes dan muestras de sangre y saliva para que los investigadores puedan seguir su respuesta inmunitaria a la vacunación o a la infección natural.
«La conclusión es que, aunque los anticuerpos disminuyan, la calidad de los mismos sigue protegiendo contra la enfermedad grave y la hospitalización –afirma Ross, que también es profesor de la Facultad de Veterinaria de la UGA–. A la gente le preocupaba que, si los niveles de anticuerpos disminuían, uno volviera a ser susceptible al virus. Pero ahora mismo no parece ser el caso de la mayoría de la gente».