El Papa otorga por primera vez a mujeres el ministerio de lectoras
en 1972, Pablo VI mantuvo el acceso a estos ministerios solo a los hombres, pues consideraba estos servicios eclesiásticos como una antesala a un eventual acceso a las órdenes sagradas o sacerdocio
El papa Francisco ha otorgado este domingo a varios hombres y también, por primera vez, a mujeres los ministerios de catequistas y lectores, en un rito nuevo en la basílica de San Pedro tras cambiar el Código de Derecho Canónico. Esta ceremonia, por la III Jornada la Palabra de Dios, es una novedad y su rito fue preparado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Los nuevos lectores -dos hombres y seis mujeres- y catequistas -cinco hombres y tres mujeres-, llegados de varias partes del mundo como Perú o Brasil, se han sentado frente al altar papal y han sido llamados por su nombre para recibir el mandato.
Después el papa ha entregado una Biblia a cada uno de los nuevos lectores, arrodillados ante él: «Recibe el libro de las Santas escrituras y transmite fielmente la palabra de Dios para que germine y fructifere en el corazón de los hombres».
Los catequistas han recibido una cruz como la pastoral de Pablo VI y Juan Pablo II, papas viajeros, subrayando el «carácter misionero» de su servicio: «Recibe esta señal de nuestra fe, cátedra de la verdad y de la caridad de Cristo, y anúncialo con la vida, la acción y la palabra», les ha instadoel Papa.
Son los hombres y mujeres que ayudan en las misas o realizan un servicio en el altar, como ministras o dispensadoras de la eucaristía, algo en realidad bastante frecuente en las diócesis de medio mundo pero que Francisco ha institucionalizado y abierto a las mujeres por escrito, de forma oficial.
El pontífice publicó en enero de 2021 el «motu proprio» «Spiritus domini» para modificar el Código de Derecho Canónico y abrir los ministerios de lector y acólito a las mujeres.
Francisco derogaba así lo ordenado por su antecesor Pablo VI, que en 1972 mantuvo el acceso a estos ministerios solo a los hombres, pues consideraba estos servicios eclesiásticos como una antesala a un eventual acceso a las órdenes sagradas o sacerdocio.
La nueva formulación del canon 230 elimina la especificación de sexo masculino y reza: «Los laicos de una edad y unos dones determinados por decreto de la Conferencia Episcopal podrán ser empleados permanentemente, mediante el rito litúrgico establecido, en los ministerios de lectores y acólitos».
En su homilía, Francisco, ante los nuevos lectores y catequistas, ha afirmado que Dios «no es un tirano que se encierra en el cielo, sino un Padre que sigue nuestros pasos». «No es un dios neutral e indiferente, sino el Espíritu amante del hombre, que nos defiende, nos aconseja, toma partido a nuestro favor, se involucra y se compromete con nuestro dolor», ha dicho.