Un parque eólico en el Cabo de Gata indigna a vecinos, ecologistas y políticos
Los principales motivos que alegan se centran en el efecto que tendría este parque eólico sobre el paisaje y sobre las aves y el medio marino
El Ayuntamiento de Níjar, asociaciones ecologistas y organizaciones ciudadanas están en contra del parque eólico que se quiere construir frente a la costa del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en Almería. Hace unos días nació la Plataforma Stop Parque Eólico Mar de Ágata, que aúna a varios colectivos y cuyo manifiesto han firmado asociaciones de diversos ámbitos, desde ecologistas hasta vecinales, pasando por algunas de pescadores, con el objetivo de lograr que finalmente no se desarrolle este proyecto.
Los principales motivos que alegan desde la plataforma se centran en el efecto que tendría este parque eólico sobre el paisaje y sobre las aves y el medio marino, que aseguran que se verían seriamente afectados. «El objetivo fundamental de la plataforma es dar a conocer el parque eólico previsto, porque estas cosas si no se informa a la ciudadanía, las hacen y nos enteramos cuando está ya el daño hecho», dice Pilar Carranza, portavoz de la plataforma, en declaraciones a THE OBJECTIVE.
El impacto en el paisaje
Este es el primer punto que señalan desde la plataforma, que asegura que «debido a las grandes dimensiones de los aerogeneradores, se podrán ver perfectamente desde gran parte de la costa del parque», lo que consideran que «supondrá la destrucción del paisaje natural, uno de los principales valores» del parque natural.
La asociación asegura que el parque eólico sería visible por el día desde muchos kilómetros de costa y critica que durante la noche las luces también se verían. Por su parte, las empresas aseguran que esto no es cierto y que el parque apenas se vería desde la costa. Para demostrarlo, han encargado una simulación a Plain Concepts, que ha desarrollado durante dos meses un proyecto que permite visualizar, según sus cálculos, cómo se verían los 20 aerogeneradores desde 10 puntos de la costa de la zona.
Sin embargo, Carranza asegura que, basándose en las cifras que las empresas muestran en su proyecto, no creen que esta simulación sea realista por la longitud de las aspas y la altura de las torres. «No puede ser cierto, aunque estén a 15 kilómetros, se ve», afirma.
La plataforma menciona que «el decreto que aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, con objeto de evitar el impacto paisajístico de los parques eólicos, establece su expresa prohibición en el artículo 5.3.9». Sin embargo, esto no afecta al parque eólico Mar de Ágata, que se sitúa a 4,9 kilómetros del límite marítimo del parque natural, pero la plataforma considera que debería estar sujeto a la misma normativa debido a que «es más que obvio que el impacto paisajístico existe, al situarse dentro de las cuencas visuales de gran parte de su costa».
De la misma opinión es el Ayuntamiento de Níjar, que se opone al proyecto por los efectos que puede tener en el paisaje. El consistorio «presentó en su momento alegaciones al proyecto en aras de la conservación y protección del paisaje en una zona única y, de hecho, especialmente protegida», señalan fuentes del ayuntamiento a THE OBJECTIVE. «La posición institucional se mantiene en la estricta fundamentación de esos reparos, la conservación y protección del paisaje de un entorno único en Europa», añaden.
Los efectos sobre el fondo marino y las aves
El segundo argumento por el que se muestran en contra del parque eólico es lo que puede suponer para los peces y mamíferos marinos por ser «una fuente de emisión de ruido», así como porque «los artefactos flotantes irán fijados al lecho marino mediante anclajes y se instalará una red kilométrica de cables enterrados y suspendidos en el mar que puede afectar a los hábitats».
Además, en la zona marina donde se quiere instalar el parque eólico hay un hábitat crítico para los cetáceos, explican, por lo que consideran «inapropiado» instalarlo «precisamente en una zona considerada como hábitat crítico».
También apuntan al efecto en las aves de los parques eólicos, que afirman que «provocan mortalidad por impacto contra los aerogeneradores», así como que «existen estudios que han puesto de manifiesto el efecto barrera que provocan estos parques sobre las aves». Afirman además que se encuentra en un tramo de costa que es zona de paso de las migraciones y que obliga a las aves a gastar más energía, «peligrando el éxito de la migración».
Por su parte, desde las empresas defienden la sostenibilidad ambiental de su proyecto y aseguran que el impacto en el ecosistema marino es mínimo. «Su tecnología y el sistema flotante de los molinos minimizan el impacto en el ecosistema marino al no utilizar estructuras fijas cimentadas en el fondo», afirma en declaraciones a THE OBJECTIVE
Por su parte, desde las empresas defienden la sostenibilidad ambiental de su proyecto y aseguran que el impacto en el ecosistema marino es mínimo. «Su tecnología y el sistema flotante de los molinos minimizan el impacto en el ecosistema marino al no utilizar estructuras fijas cimentadas en el fondo», afirma en declaraciones a THE OBJECTIVE Javier Monfort, country manager de BlueFloat y directivo de Mar de Ágata . Añade que «la tecnología flotante favorece una construcción más segura y controlada y respetuosa con los fondos marinos».
Monfort defiende también que «el parque es respetuoso con el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, así como los corredores de cetáceos y las vías migratorias de aves», así como que «el proyecto prevé aplicar las mejores prácticas internacionales con el objetivo de que Mar de Ágata influya positivamente sobre el mantenimiento de la biodiversidad».
Por qué en Cabo de Gata
«Nosotros decimos que energía eólica sí, pero desde luego no aquí», dice la portavoz de la plataforma. La principal queja es que el parque eólico se haya proyectado en el entorno de un parque natural, a lo que las empresas responden que «el Cabo de Gata es una de las localizaciones de la costa andaluza en el que resulta viable explotar el recurso eólico marino, tanto por las características batimétricas del fondo marino como por las condiciones de viento» y que «la definición del emplazamiento ha requerido una rigurosa labor de estudio con implicaciones en diversos aspectos técnicos y ambientales».
«La elección de la zona no es caprichosa, sino que se ha seleccionado teniendo en cuenta la compatibilidad con la nueva zonificación definida en los recientes Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), cuyo borrador ha sido sometido a audiencia e información pública por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en junio de 2021», argumenta Monfort.
Carranza, por su parte, insiste en que la planificación energética en España debería hacerse de forma más cuidadosa: «Hay mucha diferencia entre plantear eólica marina aquí a nivel mediterráneo que plantearla en Noruega, no tiene nada que ver».
Desde la empresa dicen estar sorprendidos por «la oposición tanto del punto de vista medioambiental como desde el punto de vista económico y social», puesto que argumentan que el parque producirá energía renovable, no afectará al entorno y además creará empleo en la zona. Sin embargo, dicen «respetar todas las posiciones» y recuerdan que el proyecto se encuentra en una etapa incipiente: «De hecho, estamos justamente en el momento de trabajar con el territorio para integrar todas las posiciones y buscar el mejor proyecto para la zona. Queda mucho camino por delante para ir sumando aportaciones e integrar todos los aspectos que pueden preocupar tanto a ecologistas como a alcaldes de la zona», dice Monfort.