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Abuelos y nietos: una relación que puede beneficiar a ambos

Los nietos suelen encontrar en sus abuelos una fuente inagotable de conocimientos y afecto y a los padres les tranquiliza que estén con alguien de confianza.

Abuelos y nietos: una relación que puede beneficiar a ambos

Foto: Vidar Nordli-Mathise | Unsplash

En su mayoría, los abuelos son personas que derrochan amor por sus nietos, un afecto que surge desde antes de nacer y no resulta impostado. Los abuelos viven su rol desde la tranquilidad que no tuvieron cuando criaban a sus hijos. Probablemente, el tener más tiempo libre les hace sentirse con más ganas de desvivirse con los niños y cumplir sus deseos.

Cuando los progenitores trabajan o han de cumplir con otras obligaciones, muchos abuelos se implican al cien por cien en la crianza de sus nietos. Con los mayores continúan las historias y las enseñanzas, las cuales permiten que el niño conozca más de sus raíces y comprenda quién es. Incluso contarles cuentos, en una era tan digitalizada, logra despertar en ellos interés y admiración.

Es importante que en la casa de los abuelos imperen normas de crianza y educación similares a las que los niños tienen en casa con sus padres, para que el niño siga teniéndoles presentes como figuras de referencia que son. Pero, el respeto a sus abuelos ha de mantenerse intacto, al igual que el contacto y los momentos de charlas en confianza.

Foto: Sergiu

Los padres pueden sentir que con los abuelos el niño se sentirá como en su propio hogar y no le faltará de nada. La relación se presenta recíproca, puesto que los abuelos se sienten animados y más alegres con un niño junto a ellos.

Investigadores del Women’s Health Aging Project (Australia) observaron, mediante un estudio, la función cognitiva de 180 mujeres mayores de 65 años que estaban al cuidado de sus nietos y descubrieron que la presencia de niños podría disminuir el riesgo de Alzheimer o demencia. Además, puede prevenir el aislamiento social. Esto es, también se habla de utilidades antidepresivas tanto para los ancianos como para los nietos.

Un libro muy bonito para leer a los niños y que comprendan el significado del ‘abuelo’ es: Cosas que me gustan de mis abuelos (Sentimientos) de Tracey Moroney, donde el protagonista narra lo que le gusta hacer con sus abuelos y lo felices que son juntos.

Los padres han de dar el lugar que corresponde a los abuelos

Lidia G. Asensi , psicóloga general sanitaria en Centro Cepsim, determina que los abuelos son un importante pilar en las casas de muchas familias, destacando en un alto porcentaje como modelos de aprendizaje y figuras de apego para los más pequeños. Adicionalmente, pueden reflejarse como un modelo que evita rendirse ante las dificultades y pueden cooperar para que se desarrolle en los nietos la resiliencia. La psicóloga asegura que los abuelos pueden aportar aspectos muy positivos a los niños:

-La parte lúdica y de disfrute: jugar, pasear, ir de compras o al cine.

Protección, calma y afecto, imprescindible y necesario.

G. Asensi manifiesta que los padres deben explicar a los abuelos cuál es su modo de proceder en la educación de sus hijos, es decir, qué les permiten y qué no. Los niños deben saber que en casa de los abuelos también hay normas y «si en casa de los padres no se puede usar la tablet antes de ir a dormir, en casa de los abuelos tampoco».

La profesional confirma que los abuelos también perciben sendos beneficios por la relación con sus nietos: a nivel emocional les genera ilusión, alegría, motivación y sentimientos de productividad. Los mayores ejercitan mente y cuerpo.

Foto: Tim Kilby | Unsplash

La psicóloga general sanitaria finaliza expresando que, si el niño mantiene una relación saludable y regular con sus abuelos, establecerán un fuerte vínculo emocional y será la base para tener buenas relaciones con los demás en el futuro.

Los niños suelen tener una conexión emocional muy profunda con sus abuelos y los más pequeños les admiran. «Todo esto refuerza el lazo y logra que la relación se convierta en enriquecedora para ambas partes», considera Mariana Capurro, psicóloga infantojuvenil.

La especialista en infancia declara que un estudio de la Universidad de Oxford, liderado por la Dra. Eirini Flouri, demostró que: «el estar presentes los abuelos en las actividades del día a día de sus nietos, la participación en su educación y las conexiones amorosas entre ambos, derivan en bienestar social y emocional en niños y adolescentes, aumentando sus habilidades sociales y cognitivas». Podrán comprobarse mejoras en la salud física y mental de los mayores.

El que los nietos recurran a sus abuelos, buscando contención y ayuda ante la ausencia de los padres, asienta una relación inigualable entre ellos. Capurro recomienda a los padres que cedan a los abuelos el lugar que les corresponde, sin imponer sus normas, ayudándoles a que entiendan el estilo educativo elegido para criar a los hijos.

La psicóloga infantojuvenil explica que los niños que crecen con abuelos presentes y dedicados, serán adultos con mayor autoestima, mejor capacidad para resolver los problemas y más positivas habilidades sociales.

La psicóloga añade que frecuentemente se entiende que los abuelos malcrían y consienten a sus nietos, algo que puede causar confrontaciones en el núcleo familiar. Cuando esto ocurre, la experta indica que ha de primar la consideración y la flexibilización de ciertos conceptos y puntos adquiridos como padres.

Foto: Álvaro Reyes | Unsplash

Las relaciones de afecto no pueden forzarse

Capurro confirma que si dado el caso, no existiese vinculación entre abuelos y nietos, no puede forzarse tal relación porque pueden derivar sentimientos negativos en el menor. Asimismo, testifica que en estas situaciones lo mejor es tener deferencia por los espacios de cada uno.

La idea que lanza Marta Panizo, psicóloga general sanitaria especializada en relaciones y apego, es que los padres han de preguntarse qué esperan de la relación de los abuelos con sus hijos, para luego actuar en consecuencia. La experta explica que si los padres no tienen un buen trato con los abuelos y los niños van a ver y percibir una relación disfuncional entre ellos, esto les generará un serio conflicto. Dado el caso, pesará más lo negativo que todas las ganancias que el contacto con ellos podría aportarles (respeto por la tercera edad, aprendizaje, esfuerzo, cariño…).

Panizo recuerda que pese a que se suele idealizar la relación abuelos-nietos, hay casos en que esto no llega a producirse. La experta en relaciones defiende que los abuelos también «son personas, no roles» y pueden no saber o no querer dar y estar por el niño. Si logra suceder una relación cordial entre todos los miembros de la familia y los niños se sienten cómodos, el contacto puede fluir. No obstante, si la tensión es superior entre los padres y los abuelos y el niño es testigo, este puede decantarse por sus padres, sentirse mal y rechazar el tiempo con los abuelos. En relaciones tóxicas, ninguna de las partes se sentiría libre para ser y actuar.

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