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Recomendaciones para implantar límites a los niños sin sentirse ‘mal padre’

Expertos explican los motivos de la culpa e inseguridad en los padres a la hora de educar a sus hijos, el mejor modo de proceder y los beneficios que ello conlleva

Recomendaciones para implantar límites a los niños sin sentirse ‘mal padre’

Foto: Helena Lopes | Unsplash

El término ‘límite’ procede del latín ‘limis’, esto es, ‘frontera’. Aunque pueda parecer irracional que un padre sienta miedo o culpa por marcar directrices o normas ante un hecho a su hijo, para que entiendan lo que implica la responsabilidad, lo cierto es que ocurre en mayor medida de lo que se cree.

Expertos en psicología certifican que la falta de límites y la vacilación en términos de educación, supone desprotección e inseguridad en el niño. Toño M. Casares, psicólogo educativo, dictamina que los niños deben tener responsabilidades y rutinas diarias en las que participar e interiorizar y entender que toda acción conlleva una consecuencia. Los padres deben ser los guías y referentes de por vida de sus hijos. Además, manifiesta que, si los progenitores no tienen confianza en sí mismos, tampoco sabrán con certeza cómo ejercer para con su hijo. El experto confirma que la negación ofrecida en el momento apropiado puede evitar futuros conflictos y resultará una indicación óptima en lo que compete a nivel emocional del menor.

La falta de límites y la vacilación en términos de educación, supone desprotección e inseguridad en el niño

Nerea Riveiro González, pedagoga infantil y juvenil, especializada en atención temprana, subraya que los padres deben dirigirse desde un primer momento a sus hijos con límites firmes, claros y concisos, de igual modo que respecto a las consecuencias que puedan derivar. Por ejemplo, se le puede decir al niño que se encuentra jugando cerca de un jarrón que, si lo rompe por no prestar atención y jugar bruscamente y sin cuidado, deberá abonarlo con el dinero de su hucha.

Foto: Alexander Dummer | unsplash

Según la pedagoga, los límites son un punto que se trabaja habitualmente en las sesiones y, como error común, los padres suelen saltarse sus propias normas. La profesional explica que, si, entre otros, de lunes a viernes se propone no usar pantallas y un día determinado eso se incumple, el mensaje al niño resulta confuso y se crean conflictos. Aclara, igualmente, que los progenitores tienden a ser demasiado flexibles y observan con la mirada de un adulto. Para Riveiro González: «Los niños no entienden que para el adulto las normas pueden variar y no son inamovibles».

Por otro lado, la profesional sostiene que los mayores suelen creer que los niños interiorizan rápida y fácilmente las normas, algo que no es así. A continuación, recomienda que los padres usen en casa un panel con imágenes donde los más pequeños de la casa puedan revisar las reglas en él escritas para que les resulte más fácil entenderlas, preguntar dudas y no olvidarlas.

Foto: Jordan Whitt | Unsplash

Otro punto clave para Riveiro González resulta al dar a los niños opciones para que participen en la toma de decisiones y aumente su grado de autonomía. En el caso de decirle al hijo que hay que irse del parque a casa, se pueden usar estas expresiones: «qué te parece si nos vamos a casa y jugamos a un juego» o bien, «nos vamos a casa y puedes ver los dibujos un rato». La experta en infancia resalta que es necesario verbalizar con el niño estas situaciones, acompañarle y no dar nada por sentado y, sobre todo, no ignorarle, porque todavía no sabe gestionar sus emociones y necesita explicaciones para no recurrir al grito, llanto o golpe.

Permitir autonomía y libertad al hijo

Cuando se habla de sobreproteger al niño, la profesional asegura que con ello se favorece a que en la adolescencia y edad más adulta necesiten el refuerzo externo. Los padres deben practicar habilidades con el hijo y no robarles autonomía. La pedagoga, asimismo, constata la importancia de las técnicas de autocontrol para el niño en consulta y subraya que no se puede esperar de ellos que actúen como ellos harían o desearían.

La pedagoga remata ratificando que el no reconducir la conducta del niño puede llevar a serios problemas de frustración y trastornos de conducta.

Hay prioridades que establecer sobre otras acciones, un hecho que, para versados en educación, resulta favorable en el modo de resolver de los menores. Susana Escolano Lorenzo, psicopedagoga y coaching en inteligencia emocional infanto-juvenil, considera oportuno no separar límite y libertad para lograr el respeto. La libertad -en palabras de la profesional- se relaciona con la autonomía y responsabilidad que tienen los niños para escoger la actividad o juego que quieren llevar a cabo, según sus necesidades e intereses. Y añade que los límites cuidan y responden al confort y necesidades de los niños, de los adultos y del entorno, que proporcionan seguridad y ayudan a los pequeños a relacionarse de manera sana y respetuosa.

Foto: Olivia Bauso | Unsplash

Existen límites en las carreteras, entre los terrenos, en todo lo que nos envuelve. Escolano Lorenzo promulga que a la hora de instituir límites desde la seguridad y tranquilidad puede significarse un acto de amor, algo más, parte de la vida.

Evolucionamos hacia un modelo pedagógico que pone énfasis en atender a los niños desde una perspectiva integral y global. La experta en inteligencia emocional insta a los padres a que se centren en educar de un modo coherente y lógico. Añade, de igual forma, que resulta crucial que los adultos acepten sus propios límites. La psicopedagoga declara que poner límites supone contener, proteger y cuidar.

Es esencial que los padres no obvien felicitar a sus hijos cuando realicen correctamente aquellas acciones que se les hayan solicitado o que llevan normas adjuntas; de ese modo sabrán qué será lo que deban repetir en próximas ocasiones.

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