Tenerife se postula como punto de encuentro para los nómadas digitales con Tednomad
El ‘Tenerife Digital Nomad Fest’ es un evento dedicado a reflexionar sobre las formas nuevas en las que nos relacionamos con el trabajo y el mundo digital
No hay niños en Puerto de la Cruz, en la costa norte de Tenerife. Los hubo, antes, cuando los que hoy frisan los cuarenta fueron más jóvenes y jugaban en la Plaza del Charco. Es domingo por la mañana y apenas hay dos niñitas rubias, de unos cuatro o cinco años, jugando en el parque. Gente hay, paseando, tomando un café en las terrazas, sus zumitos y protegiéndose del sol bajo las sombrillas (o dándose a la Dorada fresquita, la cerveza local). Pero niños pocos, apenas veré algunos durante los días de mi estancia en la Isla de Tenerife (a pesar de que los datos del INE indican que hay unos 2.500 de entre 1 y 10 años), un lugar con la mejor fiscalidad de toda Europa para crear empresas y fomentar la innovación, y que podrá beneficiarse del visado digital que previsiblemente entrará en vigor este verano, gracias a la ley que prepara el Gobierno de España.
Y aniñado es el ambiente que describe Dan Lyons en Disrupción: mi desventura en el mundo de las startups (Capitán Swing, 2021), el ensayo que le ha traído al festival. Nos encontramos en el auditorio del Lago Martiánez, que es donde tienen lugar, por las tardes, las conferencias del Festival Tednomad (Tenerife Digital Nomad Fest). Pero preferimos subir a la parte de arriba, para que la brisa del mar del Océano Atlántico aligere y engrase nuestra charla, con su clima templado.
Lyons está nervioso porque tiene que ir a hacerse la prueba de la Covid para poder volver a casa, pero, aun así, medita sus respuestas, razona despacio y, a veces, incluso pone cara de perplejidad. Esto es, conversa sin prisa. En eso se nota su curiosidad de periodista tecnológico, que anda presto siempre a darle una nueva vuelta de tuerca a cualquier pensamiento, pero también un cierto resabio cínico, de gato viejo de la profesión.
Lyons tiene dos hijos, y en la actualidad tiene 62 años. Fue a sus 51 años (en 2013) cuando, tras una vida dedicada al periodismo tecnológico (en Forbes, Newsweek y Readwrite, entre otras) y ser despedido de su puesto, acepta un trabajo (ficticio) en Hubspot, una startup de plataforma de CRM que ofrece servicios de marketing, ventas y servicio al cliente. Y decimos ficticio porque Lyons nunca acaba de entender cuáles son sus atribuciones reales (el ambiente en Hubspot era caótico, loco, irracional y a cada rato le iban pidiendo que hiciese cosas distintas). Ello, sumado a un ambiente infantil y adolescente (la aplastante mayoría de los empleados está en la veintena), hace que su paso por la startup sea una auténtica pesadilla.
Afortunadamente, me dice Lyons que ese es un mundo que está por desaparecer; aunque la burbuja no haya explotado del todo, Dan Lyons ve factible un crash como el 2001. Y cree que ello comportará un cambio en la cultura de las empresas, y que la gente comience a trabajar de manera más remota. Que esa cultura que tiene que ver con la fe, con esa creencia que fundamenta lo bueno con lo bello y esto con lo verdadero, está pronto a fenecer. Porque si la ideología californiana exigía a los trabajadores de las startups lealtad y fe, que amaran a sus empresas por sobre todas las cosas, el mundo actual (sobre todo después de la pandemia y el efecto conocido como «The Great Resignation» / «La Gran Renuncia») demanda movilidad, flexibilidad, conciliación y la posibilidad de no tener que estar todo el día en la oficina.
A ello habrá de contribuir el ambient computing (o computación ubicua o silenciosa; dicho de otro modo: tecnología que nos rodea y ayuda, pero no se nota), tema del que se habló el sábado. Se trata de trabajar menos, pero mejor, como dijo Asier Arranz, Developer Marketing Manager en NVIDIA. Pues que las máquinas hagan el trabajo por nosotros, focalizándonos los humanos en trabajos que sí tengan valor (y que no pueda hacer una máquina). Por su parte, Gorka Bengochea (de Plaiground) habló de las ventajas de que el hogar y la oficina se desdibujen, flexibilizando no solo el trabajo, sino también la vida personal. Y José Antonio Lozano, de Plain Concepts, nos enseñó sus gafas de realidad aumentada y realidad mixta y sus múltiples aplicaciones para el trabajo a distancia, en sectores tan diferentes como el sector industrial o la medicina, así como sus beneficios para la captación del talento (que ya no es necesariamente local).
Pero, ¿quiénes son los nómadas digitales?
Existe un cliché que identifica a los nómadas digitales con un perfil joven, que viaja y hace yoga, le gusta el surf y la comida macrobiótica. Sin embargo, y como se ocupó de demostrar la investigadora de tendencias Pepa Casado (co-fundadora de Future-A), el rango de trabajadores que pueden caer bajo la etiqueta de nómadas digitales es mucho más complejo. Lo que sí que comparten es el hecho de que son personas que buscan en lo remoto una forma de cambio, de convertir su vida en un propósito.
La senior economy, por ejemplo, juega aquí un factor fundamental, como dejó claro Mario Zamorano, de Coliving Hotels, empresa que ofrece espacios adaptados en los hoteles, para vivir y trabajar, desde un mes y hasta un año. Porque el nomadismo puede ser una opción de vida, pero también un tránsito temporal (y un periodo de reflexión) en la vida de las personas (personas que necesitan un lugar donde estar tras un divorcio o los que acompañan a enfermos, entre otros muchos casos de nomadismo forzado).
Por su parte, Gonçalo Hall, CEO de Nomadx, habló de un caso de éxito de creación de comunidad nómada en Ponta do Sol, en Madeira, un espacio que pugna por el concepto de aldea (frente al de ciudad) y que apuesta por lo ecológico y sostenible, por el fortalecimiento de la comunidad, la aceptación de la diferencia y el apoyo mutuo. Pero también por la combinación de actividad física y naturaleza. Reclamó, por su parte, una mayor implicación y ayuda de los gobiernos para fomentar y atraer a los nómadas digitales, pues en la actualidad, y como se puso de manifiesto durante todo el festival, las ciudades compiten ahora mismo por este nuevo tipo de público.
En otra cosa que parece que sí coinciden todos los nómadas digitales, y así lo expresó la alemana (pero establecida con su pareja en Bali) Aline Dahmen, es en su independencia. Por ello, cree Dahmen, fundadora de Nomad Soulmates, una web de citas para trabajadores remotos, que son los nómadas personas que buscan conexiones profundas y significativas, porque se conocen muy bien a sí mismos y tienden a establecer relaciones más sanas y abiertas. En su comunidad (que pronto lanzará su propia app), y a diferencia de otras webs y aplicaciones de citas, los porcentajes se equilibran: el 52% de sus usuarias son mujeres.
Acelerando el trabajo remoto
Toni Mara, de FlexJobs, una de las herramientas más potentes para buscar trabajo si eres nómada digital, nos estuvo explicando que se ha disparado en los últimos dos años la demanda por este tipo de trabajo remoto y flexible, pero que todavía siguen siendo el sector tecnológico y el de las finanzas los que se han adaptado de mejor manera y los que, de alguna forma, están liderando el cambio. Jennifer Llano, de Infinidat (empresa de almacenamiento de datos) es una recién convencida del trabajo remoto, y tras pasar por varias compañías «tradicionales», en las que se premiaba calentar la silla, se ha convertido en una embajadora de la vida nómada. Para ella tiene mucho valor el no tener que perder tiempo diario en los desplazamientos, pero también el poder trabajar por objetivos. El trabajo remoto, en opinión de Llano, permite un enorme ahorro en costes para las empresas y sirve asimismo para una mejor adquisición del talento, que ya no se busca de forma local, sino global.
A inspirar el cambio también se dedicó el divulgador científico y consultor Marc Vidal, quien en su conferencia Reworking nos invitó a equivocarnos de forma inteligente, a no tener miedo a la incertidumbre, a estar «en beta constante». Y, en la línea de Asier Arranz, nos hizo ver cómo lo que no se pueda automatizar tendrá un valor incalculable en nuestra sociedad, porque las máquinas pueden aprender, pero no descubrir. Así, afirmó que «la tecnología es el cómo, el hombre es el porqué». En definitiva, que quien da sentido a las cosas, al final, acaba siendo el ser humano.
Las diferentes charlas y conferencias sirvieron estos días para desmontar tópicos sobre los NFT´s y las criptomonedas, para que aprendiéramos sobre legalidad de los negocios digitales y ciberseguridad y para conocer el ecosistema cultura y creativo de Puerto de la Cruz, que se pretende punto de encuentro y referencia para nómadas digitales. Asimismo hubo conciertos (Los Pilotos, Ángel Stanich, El mató a un policía motorizado, Le Boom y Dj Achilles) y espacio para el networking.
El siguiente paso de este festival itinerante e híbrido será en los próximos meses en Málaga, cuando se celebre su segunda edición. La cuestión, como sabe todo nómada digital, es no quedarse quieto, estar en evolución constante, ser curioso y, como dijo Gorka Bengochea: «Saber ponerte en situaciones en las que pueda pasar algo».