Los hábitos de alimentación que deben mantener los niños en verano
Es importante mantener al máximo posible los horarios de las comidas y no saltarse ninguna a lo largo del día
Hay que hacer al menos cinco comidas al día | Unsplash
El verano suele implicar perder casi todas las rutinas que se han mantenido a lo largo del resto del año o, como mínimo, modificarlas. Aunque es algo normal y es necesario ser flexible, hay algunos hábitos que conviene mantener para que no afecten a la salud.
Uno de los más importantes en este aspecto es el referente a la alimentación, sobre todo la de los niños. En muchas ocasiones han estado comiendo en el colegio durante el curso, y ahora los padres deben encargarse de mantener un mínimo equilibrio en los alimentos que consumen.
La coordinadora del Máster Universitario en Nutrición y Salud de la Universidad Internacional de Valencia, Mariana Silva López, ha asegurado a ABC la importancia de que los padres proporcionen una alimentación variada y equilibrada.
«Además, es importante que los niños mantengan una correcta hidratación por lo que una buena opción son las elaboraciones con frutas, verduras y hortalizas de temporada, que además de tomarse al natural, pueden prepararse como batidos, sopas frías e, incluso, congelarse para después añadirlas al agua ya que tienen fibra, vitaminas y minerales», asegura la nutricionista.
Alimentación equilibrada
Silva López asegura que en verano son necesarias menos calorías para poder mantener la temperatura corporal. Por tanto, es normal que se coma menos porque, además, el calor hace que apetezca comer menos cantidad. Es normal también que se hagan más comidas o incluso que se picotee más entre horas que en el resto del año.
A pesar de ello, es «importante mantener una nutrición equilibrada» durante los meses de vacaciones y «no abusar de productos ultraprocesados o con alto contenido en azúcar», destaca la nutricionista.
Dentro de estos productos de los que no habría que abusar se encuentran los helados: «En teoría una o dos veces a la semana sería lo máximo que los deberíamos permitir, y siempre que la dieta en su conjunto sea equilibrada». Además, Silva López destaca que es importante que «las materias primas con las que se hacen estos productos sean de buena calidad».
Algo de lo que suelen abusar mucho, sobre todo los adolescentes, en los meses de vacaciones, son las bebidas refrescantes y energéticas. Esto tampoco es bueno y hay que consumir estas bebidas solo de forma ocasional.
La nutricionista aporta un ejemplo de lo que, para ella, sería una merienda nutritiva: «La fruta de temporada es la mejor opción. Con ella se pueden hacer polos, batidos o incluso granizados en casa en los que sin añadir azúcares podremos tener una forma diferente de comer fruta. El yogur también puede ser una buena opción para la merienda o un sándwich de pavo. Es importante no abusar de los zumos de frutas ya que tienen una alta cantidad de azúcares».
Mantener los horarios
Aunque las rutinas hayan cambiado, es importante que los horarios de las comidas sean parecidos a los que se han mantenido durante el resto del curso escolar: «De esta manera no se saltarán comidas y seguirán con unos buenos hábitos y no los perderán en el verano».
Esta duda sobre el horario es aún mayor en casos como los de los adolescentes que se levantan muy tarde por la mañana, y casi se les junta el desayuno con la hora de comer. En este caso, la nutricionista asegura que » independientemente de la edad, saltarse comidas, en este caso el desayuno, puede tener un efecto negativo ya que pueden llegar a la comida con mucha más hambre y comer alimentos menos saludables o mayor cantidad».
Además, independientemente de la edad, «lo más aconsejable es hacer cinco comidas equilibradas al día«: «Así asegurarnos de tener una correcta alimentación y aportación de nutrientes», asegura.
