Uno de los materiales más tóxicos de Madrid seguirá en los colegios e institutos hasta 2024
La Comunidad de Madrid destinará 1,4 millones de euros a la retirada del amianto de los centros educativos
El amianto es un mineral de origen natural cuyas fibras se pueden separar en filamentos finos y duraderos. En España está prohibido desde 2002, pero sigue presente en restos de construcciones como colegios o institutos, en aislantes o piezas mecánicas, y es el causante de graves problemas de salud.
La Comunidad de Madrid se ha propuesto poner fin a esto, por lo que este lunes ha anunciado que invertirá más de 1,4 millones de euros en la retirada de este material de los centros educativos de la capital durante 2022. Estas labores de desamiantado están integradas dentro del plan para la eliminación de los materiales con presencia de fibrocemento en los colegios e institutos madrileños que está llevando a cabo el Gobierno regional.
Más específicamente, la Consejería de Educación y Universidades ha informado a través de un comunicado de que se quitará de las cubiertas del centro público de Educación Infantil y Primaria Meseta de Orcasitas, de Villaverde y del CEIP Vicálvaro, del distrito del mismo nombre.
También se eliminará de los techos de los gimnasios del colegio Doctor Tolosa Latour y del Carlos Sainz de los Terreros, ambos de Puente de Vallecas, así como del Pinar del Rey del Hortaleza. Por último, también se llevarán a cabo estas labores en el techado del comedor del Manuel Núñez Arenas, también de Puente de Vallecas; y en algunos elementos del centro de Primaria Méjico y de Educación Especial Infanta Elena de Ciudad Lineal.
Además de esto, el Ejecutivo regional está planificando, para el año 2023, actuaciones para la reconstrucción integral, incluyendo la retirada de la cubierta oculta de fibrocemento del CEIP Ciudad de Jaén de Usera. El Gobierno calcula que esto tendrá un importe aproximado de 400.000 euros.
De igual forma, se llevará a cabo la reposición de la techumbre del Complejo Educativo Ciudad Escolar San Fernando de Fuencarral. Esto supondrá una inversión de alrededor de 250.00o euros.
Este material no conlleva «directamente una situación de riesgo», según señala la Consejería, ya que el amianto no es un gas, un vapor o una sustancia radiactiva. Por tanto, sus fibras no se desprenden de forma natural, sino que es necesario que se produzca «una manipulación o alteración de dichos materiales» para que tenga lugar la liberación y emisión de estas fibras.
Al poner en marcha este plan para eliminar progresivamente el amianto de todos los centros educativos, la Comunidad de Madrid se marca como objetivo la total desaparición del mismo para 2028.
Los riesgos del amianto más allá de los colegios
El simple contacto con el amianto no supone un especial riesgo para la salud. Sin embargo, cuando este contacto es prolongado y, además, se manipula el material, el peligro incrementa. Esto se debe a que las fibras pasan al aire y pueden respirarse con facilidad. Además, también pueden adherirse a la ropa o el pelo y, por tanto, poner en peligro a las personas con las que se convive.
El amianto puede provocar graves enfermedades en el aparato respiratorio, y afecta sobre todo a los pulmones y a la pleura (la membrana que los recubre). La más mortal de todas las que produce es el cáncer de pulmón. Esto se debe a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera este material como un cocarcinógeno, es decir, un agente externo físico, químico o biológico capaz de producir cáncer, como ocurre con el tabaco, por ejemplo.
Otra de las enfermedades que puede llegar a provocar es el mesotelioma maligno. Esto es otro tipo de cáncer, pero que en este caso afecta a la pleura y al peritoneo. Suele aparecer, además, a aquellas personas que han estado expuestas al amianto por motivos laborales. Además es difícil de prevenir porque los síntomas pueden no aparecer hasta 20 o 30 años después de la exposición.