Comienza la era de las vacunas sin agujas: 100 inyecciones intranasales ya están en desarrollo
Estas inoculaciones atacan a los virus en ‘la puerta de entrada’ al organismo bloqueando su acceso y su transmisión a otras persona
La crisis sanitaria del coronavirus ha revolucionado la industria farmacéutica, que nunca ha visto más clara su oportunidad de demostrar al mundo su capacidad de dar soluciones. En apenas unos meses la FDA aprobó la primera vacuna contra el covid-19 dando un vuelco a la situación; y ahora, con la pandemia bajo control pero el virus aún en circulación, el negocio de las vacunas se centra en la puesta en marcha de las inyecciones intranasales que atacan a los virus en ‘la puerta de entrada’ al organismo.
Cierto es que ya existen varias de estas vacunas para determinados virus, como el de la gripe y el de la polio, pero estas solo son administradas, en la mayoría de los casos, hasta los 18 años, «ya que a partir de esta edad el sistema inmunitario va perdiendo fuerza y la efectividad de la inmunidad en la mucosa cae mucho», explica a THE OBJECTIVE el inmunólogo del Hospital Clínico de Santiago, José Gómez Rial.
Además, el doctor también apunta que estas inoculaciones, que se pueden administrar mediante aerosoles o gotas por la nariz o la boca, de momento tampoco pueden ser administradas a personas inmunodeprimidas, por lo que ahora la comunidad científica se centra en desarrollar nuevas tecnologías para que estas puedan aplicarse a grupos de riesgo y personas vulnerables.
En este sentido también se pronuncia María Garces-Sanchez, pediatra y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, que señala que a diferencia de las vacunas tradicionales, las intranasales «simulan la infección natural y, como se aplica en las fosas nasales, el virus está atenuado, de modo que no puede replicarse en el pulmón».
¿Por qué las vacunas intranasales pueden ser mejores que las convencionales?
Según explican los expertos a este periódico, las vacunas intranasales impactan en la transmisión del virus aportando «más inmunidad» al actuar sobre el sistema inmune de la mucosa. «Corta la transmisión antes de que se propague», señala Garces-Sánchez, que agrega que «hasta ahora, ninguna vacuna ejerce en este sentido».
Así, la diferencia con las vacunas tradicionales es que estas actúan sobre el sistema inmunitario sistémico que, «protegen muy bien el interior del organismo pero muy mal la puerta de entrada». A modo de ejemplo, explica la pediatra que «las inyecciones intramusculares serían como la Guardia Civil dentro del organismo circulando por sus diferentes carreteras y, las intranasales, la Policía Local en la entrada del cuerpo».
De esta forma, las inoculaciones tradicionales provocan una respuesta inmunitaria que destruyen las células infectadas y producen anticuerpos que neutralizan a los patógenos, sin embargo, estas células y anticuerpos no están presentes en niveles lo suficientemente altos en la nariz y en los pulmones para proporcionar una protección rápida. «En el tiempo que tardan en viajar allí desde el torrente sanguíneo, el virus se propaga y la persona infectada enferma», matiza José Gómez Rial.
Por el contrario, las vacunas intranasales ‘bloquean’ al virus en su primer intento de entrar al organismo «previendo los casos leves de enfermedad y bloqueando la transmisión a otras personas. Logrando lo que se conoce como inmunidad esterilizante», agrega el inmunólogo.
Un centenar de vacunas intranasales en desarrollo
Según la revista Nature, hay puestas en marcha un centenar de vacunas intranasales en desarrollo en todo el mundo para luchar, en mayor medida, contra el coronavirus, la gripe, la polio, el cólera, el neumococo y el virus sincitial respiratorio, que afecta sobre todo a niños menores de dos años.
Recientemente, China e India han dado luz verde a las primeras intranasales contra el coronavirus. Sin embargo, «la comunidad científica», explica José Gómez Rial, tiene «pocos conocimientos al respecto» ya que ambos países comparten escasos datos. No obstante, la evidencia en animales respalda la idea de que se puede inducir inmunidad esterilizante contra el covid-19 y los investigadores, según Nature, están probando ‘vacunas mucosas’ como primeras dosis para personas no vacunadas y como refuerzos para quienes ya recibieron pinchazos contra el coronavirus.
Por ello es que el experto insiste en que es necesario «aprovechar este impulso de la industria farmacéutica para desarrollar nuevas inyecciones eficientes en la mucosa respiratoria y que se puedan administrar de forma general». Además, hace un llamamiento a la instituciones porque, asegura, «se está perdiendo el impulso y es un error. La pandemia no ha acabado y no podemos olvidarnos de la gente de riesgo así como del resto de virus que están ‘despertando’ después de dos años ‘desaparecidos’», concluye.