Ibuprofeno de 600mg: ¿por qué está desapareciendo esta dosis?
La prohibición de vender este fármaco sin receta empezó en 2019 con el fin de prevenir su abuso
El paracetamol y el ibuprofeno son dos de los medicamentos que nunca faltan en los botiquines de casa. Son baratos, fáciles de conseguir, generalmente bien tolerados y eficaces; sin embargo, esta popularidad también tiene otra cara. No son tan inofensivos como parecen y, desde hace unos años, las autoridades sanitarias han empezado a vigilar más su venta para controlar el abuso.
Esta medida empezó en 2015, cuando aprobaron un real decreto con relación al uso racional de medicamentos que ponía límites a la venta libre de antiinflamatorios y antibióticos. Entre los fármacos a los que afecta esto están el ibuprofeno de 600 mg y el paracetamol de 1g.
«Aunque tienen una acción farmacológica diferente, el tipo de síntoma para el que están indicados -dolor, inflamación o fiebre- hace que sean altamente susceptibles de ser empleados en régimen de automedicación, sin recibir diagnóstico ni seguimiento por parte de un facultativo médico», señala la especialista en Farmacia Hospitalaria de la Clínica Universidad de Navarra Amaya Delgado en El Confidencial.
Aunque tanto su disponibilidad como su eficacia están «plenamente contrastadas», como ocurre con cualquier otro medicamento, pueden provocar efectos secundarios, «algunos de ellos relacionados con el uso de dosis elevadas».
En el caso del ibuprofeno y del paracetamol, «la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) emitió varias alertas que relacionaban de forma más o menos directa las dosis elevadas de ibuprofeno con problemas de nefrotoxicidad -o de paracetamol con hepatotoxicidad-, sobre todo en algunas subpoblaciones, como son los pacientes cardiópatas». Es por ello que ahora no es posible comprar las dosis altas a no ser que sea con receta.
«El objetivo que se buscaba con esta medida era, por tanto, disminuir la dosis diaria utilizada, limitando así las dosis elevadas a casos justificados, y evitar la automedicación, de manera que se redujese y/o corrigiese la aparición de efectos adversos», puntualiza Delgado.
Multas por vender las dosis altas
Conseguir la versión más alta de esos medicamentos en las farmacias, no obstante, no pasó a ser misión imposible hasta 2019, año en el que entró en vigor el Sistema de Verificación del Medicamento. Esto obliga a los farmacéuticos a controlar de forma informatizada las ventas de fármacos.
Desde ese momento, dispensar sin receta productos sujetos a prescripción, como el ibuprofeno de 600 mg o el paracetamol de 1g, es cada vez más difícil. Además, la multa por saltarse la ley puede ser de hasata 90.000 euros.
En el caso del paracetamol de 1g, no obstante, sí que es posible encontrar en las farmacias: en envases de 10 pastillas y con un prospecto que señala claramente que la dosis máxima diaria es de tres unidades. Pero la venta del ibuprofeno está restringida a prestaciones de, como mucho, 400 mg. Para dosis más altas será necesario ir al médico y que este lo recete.
Consultar con el médico
Aunque no se puede comprar ibuprofeno de 600mg sin una receta médica, los sanitarios cada vez lo tienen más complicado para prescribirlo. Los profesionales están recibiendo la «recomendación», desde las consejerías de salud de las comunidades autónomas, de evitar este fármaco.
«No es una directriz general obligatoria, como las de 2015 y 2019, sino que es una decisión que pueden adoptar libremente las comunidades o, incluso, los propios centros», señalan desde la AEMPS a El Confidencial. Pero aclaran que «son protocolos orientativos y, al final, es el médico el que tiene que analizar cada caso particular».
A pesar de esto, cada vez es más frecuente que el paciente abandone la consulta con una negativa por parte de su médico a recetare ibuprofeno de 600 mg. La razón, como señala la integrante del grupo de fármacos de la Sociedad Española de Médicos de Familia (semFYC) Francisca González, es velar por la seguridad de la persona: «En Aragón se da ibuprofeno de 400 mg para dolor leve y moderado. Cuando el dolor es intenso, el médico tiene otras opciones; no debemos pasarnos con el ibuprofeno».
La doctora hace hincapié en que «se ha abusado mucho del ibuprofeno -también del paracetamol- y no es inocuo». Lo peor, además, ocurre con personas que padecen enfermedades crónicas, como la diabetes, hipertensión u obesidad. En estos casos, el fármaco «puede interaccionar con otros medicamentos y tener consecuencias importantes».
Por ejemplo, «tomar un ibuprofeno puede anular el efecto de los antihipertensivos», lo que obliga a reajustar el tratamiento contra la hipertensión. Además, «existe un riesgo hemorrágico importante» en personas que toman anticoagulantes para evitar ictus.
Alternativas al ibuprofeno
El ibuprofeno de 600 mg no es la única opción posible a la hora de aliviar el dolor, sino que hay otras alternativas, también eficaces, y menos dañinas:
- Para dolores musculares sirve alternar frío y calor, utilizar vendas, acudir al fisioterapeuta y darle tiempo a la lesión para que se cure.
- Perder peso, ya que la obesidad está detrás de muchos dolores articulares.
- Para dolores que requieren alivio rápido pueden usarse formas líquidas de ibuprofeno o con arginina, o combinaciones de dosis bajas de paracetamol e ibuprofeno.
Sin embargo, si el dolor persiste después de unos pocos días, es indispensable consultar con el médico.
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