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Sociedad

Vigo no ha puesto ninguna multa por orinar en el mar desde que lo prohibió hace año y medio

La Policía Municipal no ha abierto ningún expediente sancionador desde que Abel Caballero prometió sanciones de 750 euros por micciones en las playas viguesas

Es una de las medidas estivales más polémicas que se recuerdan, hasta el punto de que protagonizó una portada del diario británico The Times: el Ayuntamiento de Vigo que dirige Abel Caballero aprobó en mayo de 2021 castigar con multas de hasta 750 euros a quienes orinasen en el mar o en la arena. El consistorio no especificó, sin embargo, cómo controlaría esta infracción, disparando las dudas sobre si esta medida resultaría efectiva. Dos veranos después, THE OBJECTIVE ha comprobado que esas dudas eran fundadas: la Policía Municipal no ha puesto ninguna multa a quienes han hecho sus necesidades fisiológicas en la playa.

Así lo ha admitido el propio consistorio vigués a consulta de este medio, a través del Portal de Transparencia: «Según un informe del Servicio de Medio Ambiente, a día de hoy (3.11.2022), no constan expedientes sancionadores resueltos o pendientes en este servicio en la materia solicitada». Es decir, un año y medio sin sanciones.

Esto demuestra la dificultad de detectar esta actitud incívica, ya que no parece posible que esta haya cesado por completo desde mayo de 2021, cuando el consistorio aprobó una Ordenanza Municipal Reguladora del Uso y Disfrute de los Arenales para castigar «la evacuación fisiológica en la playa o en el mar» como una manera de fomentar el uso de los baños públicos. La norma nació inspirada en una que rige en Málaga desde 2004, y que está presente en otros municipios como San Sebastián o Benidorm. Pero no fue hasta este verano cuando la medida trascendió a la opinión pública.

¿El motivo? Un reportaje del tabloide londinense The Times vendiendo como novedosa la medida: «Spanish city of Vigo introduces £645 fine for urinating in the sea» («Vigo, una ciudad española, introduce multas de 645 libras esterlinas por orinar en el mar»). El reportaje, exclusivo para suscriptores, calificaba de «estricta» la norma («a strict ban»), y aclaraba que no se conocían detalles de cómo se controlaría en lo sucesivo que los bañistas no miccionaran en las playas viguesas.

Artículo de ‘The Times’ que informa sobre la multa de 750 euros por orinar en las playas de Vigo.

La sorpresa que causó la iniciativa de Abel Caballero entre los británicos se trasladó a Portugal y Francia, donde el diario Le Parisien advirtió de que en España «hacer pipí en el mar puede costar hasta 750 euros de multa en Vigo». En Twitter, los usuarios bromeaban con que «pondrán minisubmarinos a patrullar la costa buscando meones», o con que «te pesarán al entrar al agua y al salir»: «Si pesas menos, multa. Si pesas más, te pagarán un curso de natación para que dejes de tragar agua».

El porqué de que el artículo 12 de aquella ordenanza municipal de Vigo no trascendiera con anterioridad se debe a que fue eclipsado por otro debate que fue el que entonces se llevó los titulares en España: la prohibición de fumar en las playas, que finalmente se quedó -también- en una declaración de intenciones, al expresar que las autoridades municipales podrán habilitar determinados arenales del municipio «como espacios libres de humo». 

Caballero estaba tan decidido a llevar adelante la prohibición del tabaco que en 2019 promovió una consulta popular a través de la web municipal en la que participaron más de 28.848 personas, de las que el 77,84% apoyó de la iniciativa. También se preguntó a los vigueses sobre la posibilidad de vetar el tabaco en el estadio de municipal de Balaídos, con menos participación pero con un 83,02% de votos a favor. El Ayuntamiento consideró más tarde que la ley estatal le impide llevar a cabo ambas limitaciones y todo se quedó en recomendaciones.

Finalmente, este pasado verano la noticia llegó a distintos puntos de Europa, donde los medios de comunicación advertían a sus lectores de que, si alguno viajaba a las playas viguesas, se encontraría con severas multas por hacer sus necesidades en el mar. Aunque, según ha destapado ahora este medio, no había motivo para la alarma.

Un reportaje de la revista Muy Interesante aclaró en 2019 que la orina depositada en el mar no es tóxica para el resto de bañistas -sí puede serlo en la piscina-, y que incluso sería beneficiosa para la vida vegetal que florece bajo sus aguas. Y es que el orín, al constituirse de un 95% de agua -el 5% restante es sodio y cloruro-, es totalmente inocuo y ya está presente en el mar.

El reportaje, que recoge datos de la Sociedad Estadounidense de Química, recuerda que los seres humanos no somos los únicos que gustan de evacuar bajo el agua: una única ballena expulsa al día 250 litros de orina, con unas cantidades de sodio y cloruro 23 veces superiores a las del ser humano.

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