Esta es la relación entre el pescado en conserva y el cáncer de colon
Un estudio devela que la ingesta de pescado de conserva actúa como producto protector, especialmente en las mujeres
La nutrición es clave para prevenir el cáncer colorrectal, un tipo de cáncer que, según el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2019‘ realizado por la Sociedad Española de Oncología Médica, es el de mayor incidencia en España y se calcula que afectará a uno de cada 20 hombres y a una de cada 30 mujeres antes de cumplir los 74 años.
La dieta es uno de los factores que podemos «controlar» para intentar reducir al máximo la posibilidad de padecerlo. «Un patrón dietético ‘saludable’, caracterizado por un alto consumo de verduras, frutas, cereales integrales, aceite de oliva, pescado, soja, aves y productos lácteos bajos en grasa se asoció con un menor riesgo de cáncer colorrectal, mientras que una dieta «occidental», caracterizado por un alto consumo de carnes rojas y/o procesadas, cereales refinados, dulces, productos lácteos ricos en grasas, mantequilla, patatas y salsas ricas en grasas y un bajo consumo de frutas y verduras se relacionó con un mayor riesgo de cáncer colorrectal», se puede leer en el estudio Grupos de alimentos y riesgo de cáncer colorrectal.
En este estudio también se destaca que «el consumo óptimo de alimentos que reducen el riesgo (6 raciones/día de cereales integrales, verduras y productos lácteos, y 3 raciones/día de frutas) da como resultado una reducción del riesgo del 56%. El consumo de alimentos que aumentan el riesgo de 2 porciones/día de carne roja y 4 porciones/día de carne procesada se asoció con un riesgo 1,8 veces mayor. Por lo tanto, una dieta basada en plantas puede conducir a una importante reducción del riesgo de colorrectal».
El efecto protector del pescado
En base a estas indicaciones, el pescado es beneficioso para nuestro organismo, lo que no se había estudiado aún era la diferencia entre el pescado fresco y el de conserva. Lo ha hecho este estudio publicado en la revista Nutrients analizando los datos de dos estudios previos de casos y controles realizados entre 1992 y 2010 en varias áreas italianas, que comprenden un total de 2419 casos incidentes y 4723 controles hospitalarios.
Los participantes se dividieron en tres grupos según la frecuencia de la ingesta: menos de una vez a la semana, una o dos veces a la semana o más de dos veces. Los productos que tuvieron en cuenta fueron el atún, caballa y sardinas en aceite oliva. Del primero se eligieron partes altas en grasa y en ácidos omega-3.
Este ejercicio develó que la ingesta de pescado de conserva actuaba como producto protector, especialmente en las mujeres, y que actúa de manera individual, es decir, por sí mismo y no por la influencia de otros alimentos. «En este estudio, el efecto protector del pescado enlatado sobre el cáncer colorrectal fue sustancialmente igual al del pescado fresco, y el consumo de ambos tipos de pescado proporcionó un efecto aún mayor, lo que sugiere que el consumo de pescado ofrece protección contra el cáncer colorrectal, independientemente de cómo se procese.
Estudiar el pescado enlatado es puede «ayudar a identificar estrategias para apoyar hábitos dietéticos saludables en estratos más grandes de la población». En el caso de Italia, el consumo de pescado enlatado aumentó durante la crisis de 2008 y luego durante el confinamiento por la covid, «posiblemente porque era más accesible y se percibía como más conveniente», señalan los investigadores.
Este es un fenómeno que se vio en toda Europa, especialmente en Francia, España e Italia, donde aumentaron las ventas un 12% de enero a mayo de 2020 en comparación con el mismo período de 2019, según el informe El mercado europeo potencial para las conservas de pescado.