El Ministerio de Educación ha dado marcha atrás y no incluirá la polémica prueba de madurez para la prueba de la selectividad de 2024 que, entre otros cambios, también elevará la duración de los exámenes.
Así se puede observar en el borrador del real decreto que prepara el Ejecutivo, al que ha accedido El País, y que señala que la nueva EBAU (las siglas de Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad) no contará tampoco con las simplificadas preguntas tipo test después de las críticas recibidas por parte de profesores, filólogos, escritores o rectores, entre otros.
Mo es la primera vez que el Gobierno da marcha atrás con al nueva EBAU. En diciembre decidieron retrasar un año la aplicación de la nueva prueba, hasta el curso 2027/2028. Asimismo, se planteaba que un periodo de transición que comenzaba el próximo curso y continuaba el 2024/2025 y el 2025/2026 hasta llegar a su implantación final en el 2027/2028. Este periodo transitorio también ha desaparecido en el nuevo borrador.
La polémica prueba de madurez
En el anterior borrador, se contemplaba para los alumnos un cuarto ejercicio, la llamada prueba de madurez, en el que se valorarían las destrezas asociadas al ámbito lingüístico y se evaluara la madurez académica del alumnado. Esta prueba iba a tener en inicio una ponderación del 25% que, a partir del curso 2026/2027, pasaría a ser de 75%.
En concreto, el examen de «madurez» iba a constar de un dossier formado por una serie de documentos (textos, imágenes, infografías, gráficos, tablas y/o audiovisuales) que girarán todos ellos en torno a un mismo tema. A partir de ahí se iba a pedir al alumnado que realizara un análisis desde diferentes aspectos y perspectivas, respondiendo a diversos tipos de preguntas (cerradas, semiconstruidas y abiertas).
Más tiempo para los exámenes y sin test
Otra de las modificaciones que sufre la prueba es el tiempo del que disponen los alumnos para hacer los exámenes. El tiempo de realización de los ejercicios aumenta, pasando de 90 a 105 minutos, lo que supone que los estudiantes tendrán 15 minutos más de tiempo para realizar cada una de las pruebas, «ya que se tiene en cuenta la lectura del ejercicio, su análisis y producción», según señala El Mundo. Además, se establecerá un descanso mínimo de 45 minutos entre el final de un ejercicio y el principio del siguiente (ahora son 30 minutos).
Por otro lado, el formato simplificado tipo test o de rellenar huecos, así como las preguntas para responder sólo en 150 palabras no estarán presentes en la nueva EBAU. Las preguntas serán de desarrollo.
Criterios de corrección
La nueva prueba también contempla novedades en el modelo de corrección de exámenes. Los alumnos tendrán la posibilidad de solicitar una segunda corrección si no están conformes con la nota y si la diferencia entre ambas calificaciones es igual o superior a dos puntos el tribunal deberá realizar de inicio una tercera. Actualmente, se calcula con una media de las tres notas.
Por otro lado, el nuevo borrador recupera la posibilidad de que los estudiantes se examinen de Historia de España o de Historia de la Filosofía, una situación similar a la que había hace una década, según recoge El País.
Así quedaría la prueba
Fase de acceso: la nota se obtendrá de la ponderación obtenida por un 60% de la nota de Bachillerato, un 40% de los exámenes de materias comunes y de modalidad: lengua y literatura, lengua extranjera II, asignatura obligatoria de modalidad, Historia de España o Historia de la Filosofía, según señala ABC.
Fase de admisión: realización de al menos dos ejercicios para subir nota (puntuación del 10 al 14) (asignaturas modalidad, lengua extranjera, historia de España o Historia de la Filosofía). Se cogerán las dos máximas notas obtenidas.
Para ello, como ya se ha señalado anteriormente, los alumnos contarán con mayor tiempo para realizar las pruebas: pasando de 90 a 105 minutos.