El cohete español Miura 1, un hito internacional que se la juega
Miura 1 es el punto de partida de una generación de cohetes ‘made in Spain’ que servirán para probar el buen funcionamiento de un pionero, Miura 5
La cuenta atrás ya ha comenzado. Marzo, quizá abril de 2023. El primer cohete suborbital desarrollado completamente en Europa hará su primer vuelo de prueba. Miura 1 despegará desde España, país en el que ha nacido y crecido, en el hangar de PLD Space, situado por pura casualidad en la calle Copérnico, a las afueras de la ciudad de Alicante. Miura 1 es el punto de partida de una generación de cohetes made in Spain que servirán para probar el buen funcionamiento de un pionero, Miura 5.
Lo que convierte la misión Miura en un hito internacional es que se trata del desarrollo del primer cohete capaz de colocar satélites en órbita a bajo precio, sin hacer «cola» en el hangar de los grandes lanzadores de la NASA y la ESA, y con el retorno del cohete para su reutilización.
En esta era, que se define por la pugna de empresas públicas y privadas por colocar satélites útiles en el cielo, Miura asoma como una oportunidad para democratizar el espacio. Pero, antes de ser una realidad, tiene que pasar su primera prueba de fuego.
¿Qué es un cohete suborbital?
En su vuelo suborbital, el Miura 1 no llegará a dar una vuelta completa al planeta, sino que despegará y volverá a aterrizar en algún lugar cercano. No tiene la suficiente energía cinética ni para orbitar continuamente ni para escapar de la Tierra. Lo que sí alcanzará es una altura considerable en su vuelo, mayor de 100 km (los aviones comerciales vuelan a unos 10 km de altitud en travesía).
Miura 5 será una evolución: estará destinado a poner satélites de pequeño tamaño en órbita, usando para ello 2 etapas, para después regresar a tierra con la primera etapa, que podrá ser utilizada nuevamente y de esta forma reducir los costes de lanzamiento.
Miura 1 en números
Miura 1 mide 12,5 metros y en el momento del despegue tendrá una masa de 2 550 kilogramos. La carga útil transportable es de 100 kilogramos y la duración del vuelo está prevista que sea de 12 minutos. Dispone de un único motor con una fuerza de empuje de 30,1 kN a nivel del mar, con un impulso específico de 240 segundos.
El cohete subirá hasta 153 km de altitud y volverá sano y salvo con la carga. Esto es lo que le convierte en extraordinario. Es recuperable. Una nave capaz de subir satélites al espacio y regresar es un hito en la era de los satélites.
El retorno: un ensayo basado en prueba y error
Pero antes de celebrarlo, Miura 1 tiene que pasar su prueba de fuego. Servirá para ensayar hasta un 70 % de las tecnologías que luego formarán parte del prototipo final, Miura 5, previsto para 2025.
El cohete es un demostrador tecnológico previo al lanzador principal, con el que la compañía PLD espera liderar en Europa la industria aeroespacial de «pequeños» lanzadores, y situarse en los tres primeros puestos a nivel mundial.
Miura 1 es un lanzador de una sola etapa que va ser impulsado por un solo motor TEPREL-1B, que ha necesitado una evolución de 5 versiones, y que es muy similar al Kestrel de Space X. El combustible que usa este cohete es queroseno Jet A-1 (el mismo que utiliza la aviación comercial) y el agente oxidante, necesario para la combustión, es oxigeno líquido.
El sistema de recuperación del cohete se realiza con el vehículo reentrando en la atmósfera con la cofia apuntando hacia abajo, mediante sistemas de paracaídas, con un paracaídas inicial o primario y un segundo paracaídas. De esta forma se reducirá la velocidad hasta los 10 km/h en el momento del amerizaje, que se prevé a unos 70 km de distancia de la costa española en el océano Atlántico.
En palabras de Raúl Torres, CEO de PLD, «no hay un manual para hacer un motor de cohete en 10 pasos», queriendo destacar la gran dificultad técnica para el desarrollo de un lanzador de este tipo, y que la mejor manera de progresar es por prueba y error. Por esto, las 3 misiones iniciales planificadas para Miura 1 serán misiones de aprendizaje por ensayo en condiciones reales, para testear y rediseñar tanto el cohete como las instalaciones de tierra.
Como cualquier lanzamiento, entraña sus riesgos a pesar de haber pasado todas las pruebas en tierra. Un mínimo error puede desencadenar la cancelación del lanzamiento.
La quema fallida de combustible, razón por la que la misión Artemisa de la NASA tuvo que retrasarse en dos ocasiones, o un pequeño desvío en la trayectoria son más que suficientes para abortar la misión. Por eso es tan importante que las condiciones meteorológicas sean las adecuadas: la velocidad del viento, la cercanía de tormentas o los tipos de nubes a atravesar en la trayectoria de vuelo.
Teruel se postula como aeropuerto espacial de Europa
Las pruebas de propulsión estática y validación del cohete se realizaron en el aeropuerto de Teruel, donde la empresa tiene las instalaciones de prueba de motores. Este aeropuerto se ha postulado para ser el único aeropuerto espacial de Europa ya que Teruel está considerada como territorio starlight, con uno de los cielos más despejados y limpios de tránsito aéreo del mundo.
Finalmente, el lanzamiento del Miura 1 se llevará a cabo en El Arenosillo (Huelva), donde el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial dispone del equipamiento necesario para permitir el lanzamiento de cohetes suborbitales. Ya se han reservado dos ventanas de lanzamiento, una en marzo y otra en abril. Esta segunda se usaría en caso de que las condiciones meteorológicas en la primera no fueran propicias para el lanzamiento.
Las misiones de Miura 1 durarán unos 12 minutos con entre 3 y 4 minutos en microgravedad después del apagado del motor principal, por limitación de oxígeno, a unos 80 km de altitud.
¿Por qué es tan importante este hito?
Hasta el momento sólo existen lanzadores de satélites de gran tamaño que a día de hoy son más rentables, lo que hace que los satélites «pequeños» tarden mucho más tiempo en ser puestos en órbita. Con Miura, el tiempo de espera de este tipo de satélites pequeños se reducirá enormemente y además será asumible para empresas u organismos modestos con menores presupuestos.
Otro punto a tener en cuenta es que las cargas menores en los lanzadores de gran tamaño no deciden la órbita, por lo que se tienen que adaptar no solo a la espera de la ventana de lanzamiento, sino también a la órbita definida por las «grandes»cargas a bordo.
El Miura 1 pondrá a España y a Europa en los titulares de todo el mundo con este hito. Un logro en un país donde la vocación y el prurito científico, con recursos que no pueden compararse, ni por asomo, con los presupuestos en otros países, consigue aventuras maravillosas.
¡Buena suerte, Miura!
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Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.