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Los síntomas desconocidos de la crisis de los 40 y cómo superarla

Aunque a veces tiene la calificación de mito, lo cierto es que sí hay una base fisiológica detrás de esta etapa

Una mujer de espaldas | Pixabay

La conocida como crisis de los 40 es un momento vital también conocido como «crisis de la mitad de la vida» y que, en realidad, puede ocurrir entre los 35 y los 42 años. «Cada septenio de la vida representa una fase de desarrollo en la que atravesamos diferentes desafíos y oportunidades de evolución y crecimiento», explica la psicóloga y terapeuta holística Maribel Jiménez, más conocida como Aguamarina.

Según la psicóloga, durante los seis primeros septenios las personas suelen estar enfocadas en establecer la «identidad y en adquirir habilidades y conocimientos para crear» la vida deseada, así como «sobrevivir y tener éxito en el mundo». «Pero llega un momento, en la cúspide de la vida adulta, en el que muchas personas comienzan a sentir una llamada interior que les pide encontrar más significado o dar más sentido a su realidad», añade la terapaeuta.

Según explica Jiménez, esto supone «una crisis de despertar de la consciencia para muchas personas, de buscar una comprensión profunda y también de reorientación interna, en la que revisan sus valores, sus metas y sus relaciones personales». Además, y como consecuencia de esto, es común también tomar decisiones en esta etapa que supongan «cambios significativos en la carrera, el estilo de vida, las relaciones y otros aspectos que pueden no estar alineados con el propósito y el sentido de la vida».

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La crisis de los 40: mito o base real

Aunque a veces se dice que «la crisis de los 40» no tiene una base fisiológica o científica real, lo cierto es que sí. «Hay procesos fisiológicos y psicológicos que están relacionados con la crisis de los 40», como que las células y los tejidos del cuerpo empiezan a perder su capacidad para repararse y regenerarse. En general, esto suele ocurrir a partir de los 35 años.

«Además, comenzamos a producir menos cantidad de hormonas, como la testosterona y la progesterona, lo que afecta al estado de ánimo y al nivel de energía», añade la terapeuta. Esto, de forma inevitable, tiene repercusión a nivel psicológico: «Provoca una sensación de pérdida de juventud y de que la vida es finita, lo que hace que nos cuestionemos más y sintamos la necesidad de valorar la dirección de nuestra vida».

Este tipo de crisis afectan tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, según la terapeuta, hay estudios estadounidenses que sugieren que «las mujeres son más vulnerables a esta crisis». «Esto puede deberse a que las mujeres tienden a dedicar más tiempo y energía a atender responsabilidades familiares y profesionales, y llegada la segunda mitad de la vida, pueden sentir que han sacrificado sus propias necesidades y deseos y que han desaprovechado el tiempo», explica. 

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Tiempo que suele durar esta «crisis existencial»

Un hombre riendo. Foto: Pixabay

Como ocurre con todo, el tiempo que dure esta fase depende de la persona. Algunas «pueden sentir una crisis breve o pasajera, otras pueden estar lidiando con un proceso de meses o incluso años». Además, «la duración y la intensidad va a depender de los recursos internos que tenga la persona para evaluar, afrontar y redirigir todo aquello que la está separando de la vida que anhela y desea» y hay algunos factores que incluso la pueden empeorar:

  • La falta de apoyo emocional y social de amigos y familiares.
  • Vivir con un alto nivel de estrés o ansiedad en el trabajo o en las relaciones personales.
  • Sentir insatisfacción en la vida laboral o personal.
  • Problemas de salud (como enfermedades).
  • La falta de conexión con uno mismo.
  • No desarrollar intereses o actividades que proporcionen un sentido de propósito.
  • Hábitos de vida negativos, como falta de ejercicio físico o dieta no saludable.
  • Aislamiento social.
Pablo Campo Prieto