Tripofobia: en qué consiste este miedo que experimenta el 17% de la población
Afecta más a las mujeres y a aquellas personas que ya padecen alguna patología, como ansiedad, depresión o TOC
La tripofobia, una fobia poco conocida hasta ahora, se ha hecho viral en redes sociales. Se trata de un miedo ante imágenes u objetos que presentan patrones geométricos muy parecidos, agujeros o bultos muy juntos. Las personas afectadas por la tripofobia a menudo experimentan malestar, ansiedad o incluso repulsión al enfrentarse a este tipo de imágenes u objetos.
¿En qué consiste exactamente esta fobia?
La tripofobia se define como el temor irracional hacia imágenes o situaciones que muestran una agrupación de pequeños agujeros o bultos. Asimismo, implica una sensación de malestar o incomodidad al observar patrones geométricos muy cercanos o irregulares, como por ejemplo la vaina de una flor de loto o un coral de mar.
Este fenómeno, considerado relativamente nuevo, ha sido objeto de estudio: alrededor del 17% de las personas presentan tripofobia en mayor o menor medida. Afecta más a las mujeres y a aquellas personas que ya padecen alguna patología, como ansiedad, depresión o trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Aunque aún no está ampliamente estudiada, muchos expertos no la clasifican como una fobia propiamente dicha, sino más bien como una preferencia o aversión personal.
Las causas de la tripofobia
Las causas subyacentes de la tripofobia aún son, en gran medida, desconocidas. Se cree que estas causas podrían compartir similitudes con las de otras fobias, donde la presencia de estímulos temidos sugiere la posibilidad de un peligro inminente para la persona. En algunos casos, esta asociación puede incluso vincularse directamente con el concepto de la muerte.
Otras teorías consideran que la tripofobia podría ser desencadenada por la semejanza de estos patrones con aquellos presentes en animales venenosos, como las serpientes, los cuales son conocidos por sus efectos fóbicos.
Asimismo, se ha sugerido que el cerebro podría requerir un mayor suministro de oxígeno y energía para procesar patrones de este tipo, lo que posiblemente genere sentimientos de angustia en algunas personas.
Síntomas de la tripofobia
En relación a los signos de la tripofobia, los síntomas más comunes incluyen sudoración, aumento del ritmo cardíaco, náuseas y desagrado. En casos más extremos puede llegar a generar sensación de pánico, temblores y desmayos. Además, es una fobia que no discrimina a ningún grupo social y que puede afectar por igual a individuos de todas las edades.
Tratamiento
En general, no se considera que la tripofobia requiera necesariamente tratamiento clínico, a menos que provoque un malestar significativo en la vida diaria del individuo. La opinión predominante entre muchos profesionales es que este tipo de fobia puede ser tratada de manera similar a otras fobias, utilizando técnicas cognitivas y conductuales, como la exposición y la desensibilización sistemática.
Es importante destacar que la tripofobia, al igual que otras fobias, puede superarse. Existe un protocolo de tratamiento que ha demostrado generar cambios significativos, ayudando a regular estas problemáticas para que no afecten el bienestar emocional en la vida cotidiana.
Otras fobias peculiares
Además de la tripofobia, hay otras fobias que se han viralizado en los últimos meses. Algunas de estas incluyen la cronofobia, que es el miedo al paso del tiempo y genera ansiedad ante la sucesión de días y meses; la xantofobia, que es el temor al color amarillo; la eisoptrofobia, que implica el miedo a los espejos o cualquier objeto que refleje; la somnifobia, que es el miedo a dormir debido al temor a no despertar; y la coulrofobia, el miedo a los payasos que puede desencadenar ataques de pánico y afecta mayoritariamente a los niños.
Además de las mencionadas, existen otras aún más raras. Entre ellas se encuentran la ablutofobia, miedo a bañarse, la aracibutirofobia, miedo a la mantequilla de cacahuete pegajosa, la anatidaefobia, miedo a ser observado por un pato, la pogonofobia, miedo a las barbas o la pentherafobia, que es el miedo a las suegras.