Manos sudorosas: causas y remedios para evitar la sudoración
La mayoría de las personas que sufren esta condición creen que no existen soluciones eficaces pero se equivocan
Si alguna vez te has encontrado secándote continuamente las manos en la ropa o haciendo este gesto justo antes de estrechar la mano a alguien, es posible que estés familiarizado con la hiperhidrosis, una condición que afecta a un número significativo de personas pero que rara vez se habla abiertamente.
Esta sudoración excesiva no solo puede resultar incómoda, sino que también puede tener un impacto importante en la vida diaria y en las interacciones sociales.
La hiperhidrosis focal, como se conoce esta condición cuando afecta a múltiples áreas del cuerpo como los pies, las axilas y el rostro, puede ser especialmente limitante. A menudo, las personas que la experimentan se encuentran luchando con la frustración y la vergüenza, ya que el sudor abundante e impredecible puede hacer que se sientan avergonzados en situaciones sociales o profesionales.
Aunque la mayoría de las personas que la sufren creen que no existen soluciones eficaces para prevenir esta sudoración en exceso, lo cierto es que si las hay.
¿Por qué sudan tanto las manos?
Cuando esto ocurre es porque los nervios responsables de enviar señales a las glándulas sudoríparas se vuelven hiperactivos incluso cuando no hay actividad física o esfuerzo que lo justifique. Lo habitual es que sea debido a factores como el estrés.
Aunque este problema aún no tiene una explicación médica definitiva, se considera que la hiperhidrosis puede tener un componente hereditario, ya que varios miembros de una misma familia pueden experimentar este inconveniente con la sudoración excesiva.
Además, ciertas enfermedades pueden provocar hiperhidrosis como efecto secundario. Por ejemplo, momentos de cambios hormonales como la menopausia pueden aumentar la probabilidad de experimentar este problema. Entre las posibles causas, se incluyen:
- Diabetes.
- Los sofocos asociados con la menopausia pueden llevar a una sudoración excesiva.
- Trastornos de la glándula tiroides.
- Enfermedad de Parkinson.
- Niveles bajos de azúcar en la sangre.
- Algunos tipos de cáncer.
- Infecciones diversas.
Cómo combatir la sudoración excesiva
Para combatir la sudoración excesiva en las manos, es recomendable consultar con el médico de cabecera para que atienda el caso en concreto. Lo más importante es identificar la causa subyacente, después se indicará el tratamiento más apropiado. Sin embargo, también existen algunas medidas simples que podemos tomar para ir abordando el problema y llevarlo lo mejor posible:
- Evitar alimentos picantes y bebidas estimulantes como la cafeína y la teína, ya que pueden aumentar la sudoración.
- Evitar poner las manos en los bolsillos, ya que esto puede aumentar la temperatura de las manos y provocar una mayor sudoración.
- Tratar de no secar constantemente las manos, ya que este gesto puede recordar al cerebro la existencia del problema y aumentar la ansiedad, lo que a su vez puede estimular más la sudoración.
- Se puede considerar la aplicación de productos antitranspirantes para reducir la sudoración.
Alternativas médicas y quirúrgicas
Si experimentas una sudoración palmar excesiva y difícil de controlar, lo mejor es acudir a un dermatólogo especializado.
En casos más severos de la enfermedad, el dermatólogo puede recomendar la aplicación de inyecciones de toxina botulínica (botox). Este tratamiento tiene como objetivo bloquear los nervios responsables de estimular las glándulas sudoríparas, lo que ayuda a reducir la producción excesiva de sudor.
Otra opción para abordar esta situación, es mediante un procedimiento quirúrgico conocido como simpatectomía toracoscópica, el cual interrumpe la transmisión de impulsos nerviosos de la cadena simpática a las manos, resultando en una disminución significativa de la sudoración en más del 95% de los pacientes tratados, con un efecto permanente.
Esta técnica quirúrgica se lleva a cabo utilizando técnicas mínimamente invasivas, lo que implica una o dos pequeñas incisiones poco visibles en la región de la axila, cada una de aproximadamente 5 mm de longitud.
A través de estas incisiones, se inserta una pequeña lente conectada a una cámara de video, así como instrumentos delgados especialmente diseñados para el procedimiento. Durante la operación, se localiza la cadena simpática en la parte posterior del tórax y se procede a su sección, lo que suele tener un efecto casi inmediato.
Este tipo de cirugía se realiza bajo anestesia general y no requiere la colocación de drenajes o sondas. La hospitalización suele ser de menos de 24 horas y los pacientes pueden volver a sus actividades normales aproximadamente una semana después de la intervención.