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Este es el alimento de tu despensa que nunca se pondrá en mal estado

Posee un contenido de agua muy bajo, entre el 17% y el 18%, lo que dificulta la proliferación de bacterias y hongos

Este es el alimento de tu despensa que nunca se pondrá en mal estado

La miel nunca caduca. | Pixabay

Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha encontrado un tesoro líquido en la miel, un elixir dulce creado por las abejas a partir del néctar floral. La clave reside en la alquimia natural que se produce dentro de las colmenas. Las abejas obreras, incansables recolectoras, extraen el néctar de las flores, una mezcla rica en azúcares, proteínas y otros compuestos disueltos en agua. Este néctar es almacenado en un compartimento especial de su cuerpo, distinto del estómago común, donde se inicia una fascinante transformación.

Glándulas especiales dentro de las abejas liberan enzimas que actúan como catalizadores, descomponiendo los azúcares complejos del néctar en moléculas más simples como la fructosa y la glucosa. Este proceso, conocido como hidrólisis, reduce drásticamente la cantidad de agua presente, creando un ambiente hostil para las bacterias y otros microorganismos que podrían causar la descomposición.

¿Por qué dura tanto la miel?

La miel posee un contenido de agua extremadamente bajo, oscilando entre el 17% y el 18%. Esta aridez extrema dificulta enormemente la proliferación de bacterias y hongos, ya que estos necesitan un medio húmedo para prosperar. Sumado a esto, la miel presenta un pH ácido, generalmente entre 3 y 4,5. Esta acidez actúa como una barrera adicional contra los microbios, creando un entorno inhóspito para su desarrollo.

Por último, la miel contiene una serie de compuestos antimicrobianos naturales, como la pinocembrina, la crisina y el ácido glucónico. Estas sustancias poseen propiedades antibacterianas y antifúngicas que combaten activamente cualquier intruso que intente alterar la integridad del preciado líquido.

Gracias a esta triple protección, la miel se convierte en un ecosistema hostil para la mayoría de los microorganismos que causan la descomposición. De este modo, la miel puede desafiar al tiempo y conservarse durante siglos, manteniendo intactas sus propiedades y su delicioso sabor.

¿Cuántos tipos de miel existen?

Mieles monoflorales:

Las mieles monoflorales son aquellas que se producen principalmente a partir del néctar de una sola flor, heredando de ella su esencia y personalidad.

  • Miel de romero: se caracteriza por su color claro, aroma suave y sabor ligeramente mentolado. Ideal para acompañar quesos frescos, ensaladas e infusiones.
Miel de romero. Foto: Muria
  • Miel de lavanda: proveniente principalmente de España y Francia, la miel de lavanda presume de un aroma intenso y floral, con toques cítricos y especiados. Su color varía entre ámbar claro y oscuro, dependiendo de la concentración de lavanda. En boca, ofrece un sabor dulce con notas ácidas, ideal para postres, infusiones y maridajes con quesos azules.
  • Miel de azahar: nacida de las flores de cítricos como naranjas, limones y mandarinas, la miel de azahar se presenta con un color claro y un sabor cítrico con toques florales. Su acidez perceptible la convierte en una excelente compañera para ensaladas, vinagretas, postres y tés.
  • Miel de eucalipto: reconocida por sus propiedades balsámicas, la miel de eucalipto posee un color ámbar oscuro y un sabor intenso, con toques mentolados y especiados. Ideal para combatir resfriados, gripes y fortalecer el sistema inmunológico. Se consume pura, en infusiones o como ingrediente en jarabes caseros.
Miel de eucalipto. Foto: Reina Kilama
  • Miel de acacia: un deleite para el paladar, la miel de acacia se distingue por su color claro, sabor suave y textura cremosa. Ideal para niños y personas con estómagos sensibles, se disfruta sola, en postres, yogures o frutas.
  • Miel de castaño: fruto de los bosques de castaños, la miel de castaño se caracteriza por su color ámbar oscuro, sabor fuerte y toques amargos. Aporta un toque especial a carnes rojas, quesos fuertes y salsas.
  • Miel de brezo: nacida en las zonas montañosas, la miel de brezo se presenta con un color ámbar rojizo y un sabor fuerte, con toques terrosos y ligeramente amargos. Ideal para maridajes con quesos maduros, carnes rojas y caza.
  • Miel de zarzamora: un tesoro de color púrpura oscuro y sabor ácido, la miel de zarzamora aporta un toque único a quesos, yogur, helados y postres. Su sabor intenso también combina bien con patés y carnes rojas.
Miel de zarzamora. Foto: Los panales de chinchilla

Mieles multiflorales:

Las mieles multiflorales son el resultado de la combinación de diversas flores, ofreciendo una explosión de sabores y colores que reflejan la riqueza del entorno donde se producen.

  • Miel de mil flores: un clásico de la primavera y el verano, la miel de mil flores se caracteriza por su color ámbar claro, sabor suave y aroma floral. Perfecta para endulzar postres, infusiones, yogures y frutas.
  • Miel de bosque: presenta un color ámbar oscuro y un sabor intenso que varía según las flores predominantes. Ideal para quesos, carnes, salsas y postres.
  • Miel de montaña: fruto de las flores alpinas, la miel de montaña se distingue por su color ámbar oscuro y sabor fuerte, con toques resinosos y especiados. Un manjar para quesos curados, carnes rojas y caza.

La miel, además de ser un delicioso edulcorante natural, posee diversas propiedades beneficiosas para la salud.

  • Fuente de antioxidantes: es rica en compuestos antioxidantes, como flavonoides y polifenoles, que combaten los radicales libres y protegen las células del daño oxidativo. Esto se traduce en una menor incidencia de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer.
  • Propiedades antibacterianas y antimicrobianas: ayudan a combatir infecciones y a fortalecer el sistema inmunológico. Se utiliza tradicionalmente para tratar heridas, quemaduras y otros problemas de la piel.
  • Alivia la tos y el dolor de garganta: su textura suave y su sabor dulce calman la irritación en la garganta y ayudan a aflojar la mucosidad.
La miel calma la tos e irritación de la garganta. Foto: Freepik
  • Mejora la calidad del sueño: algunas investigaciones sugieren que la miel puede ayudar a mejorar la calidad del sueño. Su contenido de triptófano, un precursor de la melatonina, una hormona que regula el sueño, podría ser responsable de este efecto.
  • Fuente de energía: buena fuente de carbohidratos de rápida absorción, lo que la convierte en una excelente fuente de energía para deportistas y personas que realizan actividades físicas intensas.
  • Beneficios para la digestión: mejora la digestión al estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino. También puede ayudar a aliviar el estreñimiento y la diarrea.
  • Cuidado de la piel: propiedades hidratantes y emolientes que la hacen ideal para el cuidado de la piel. Se utiliza en mascarillas faciales y otros productos cosméticos para hidratar, nutrir y suavizar la piel.
  • Refuerza el sistema inmunológico: contiene vitaminas y minerales que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y proteger al organismo de enfermedades.
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