Localizan ilesos a los dos espeleólogos perdidos en la cueva de Soba (Cantabria)
Los efectivos de rescate del Gobierno autonómico llevaban buscándoles desde el domingo
Los efectivos de rescate del Gobierno de Cantabria han encontrado ilesos a los dos espeleólogos desaparecidos desde este domingo en una de las tres galerías de la cueva Garma Ciega-Sima del Sombrero, en la localidad cántabra de Soba. Tras más de 48 horas de búsqueda y unos 60 efectivos que conformaban el equipo de rescate, la noticia se ha confirmado a las 18.00 horas de este lunes fuentes del Gobierno regional.
El portavoz del operativo de rescate, Pablo Villabrille San Pedro, ha reconocido ante los medios que ya se «habían agotado todas las zonas de búsqueda». Con «alegría» y «alivio», el teniente de la Guardia Civil ha asegurado que los dos espeleólogos ya están ascendiendo junto a agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) hacia la salida y «va a ser cuestión de poco tiempo» que lleguen a la entrada de la cavidad.
Horas antes, la consejera del Ejecutivo cántabro, Isabel Urrutia, había informado a los medios de comunicación desplazados a Soba de la situación del dispositivo de rescate, compuesto por casi 60 efectivos, entre miembros de la UME, la Guardia Civil, de Cruz Roja y del Gobierno de Cantabria. La Junta de Castilla y León ha desplazado también a cuatro técnicos y se ha puesto a disposición del Ejecutivo cántabro por si fuera necesario reforzar el dispositivo.
La consejera ha confirmado además que los dos espeleólogos no comunicaron al servicio de emergencias del 112 su entrada a la cueva, ni su recorrido, ni su hora de salida prevista, tal y como es obligatorio: «No sabemos ni el material que llevan», ha llegado a decir la portavoz del gobierno regional. Ya se conoce la identidad de la pareja. Se trata de Paloma Bombín Mosquera, vallisoletana de 38 años y profesora, y Alfonso Urrutia Heredia, un varón de más de 40 años, y con un nivel ‘alto’ de espeleología.
«Lo único que sé es que contrataron a una empresa, que es la que les dio el permiso de entrada a la cueva», apuntó Urrutia, quien destacó que su única preocupación en aquel momento es localizar a estas dos personas desaparecidas. Según la consejera, los servicios de emergencias contactaron con todo aquel que les pueda facilitar información, incluida la empresa a la que acudieron para entrar a la cueva.
El teniente y jefe del Servicio de Montaña de la Guardia Civil (GREIM), Pablo Villabrille San Pedro, explicó, que la hipótesis «más probable» era que los espeleólogos, que se introdujeron en la cavidad el pasado sábado, no encontraran la torca por la que pretendían ascender y continuaran su marcha por algún motivo, o bien porque «no dieron con las cuerdas o por el cansancio», hasta dar con una zona de bloques «pedregosa de complicado tránsito» que concluye en un sifón.
El responsable de Emergencias explicó que la entrada y la salida de la cueva es «difícil» y hay que salvar un desnivel de unos 400 metros trepando por cuerdas. En la parte de abajo hay un río sin corriente y de poca profundidad. El recorrido es de seis kilómetros que se pueden hacer de pie, pero en los que hay zonas estrechas, con gateras aunque «no excesivamente complicadas».