Cataluña concentra la mitad de los matrimonios forzosos detectados en España
La comunidad alberga a la mayoría de inmigrantes procedentes de Pakistán, donde esta práctica todavía es común

Hombres rezan en una mezquita de Pakistán, uno de los países donde todavía son comunes los matrimonios forzosos. | Reuters
Cerca de la mitad de los casos de matrimonios forzosos detectados en España tienen lugar en Cataluña. En el último decenio, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han llevado a cabo 54 detenciones e investigaciones relacionadas con esta violación de los derechos humanos, que se da principalmente en algunos países de Asia del Sur, Asia Oriental y África.
De estas detenciones, 32 se produjeron en Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona, lo que supone un 59% del total y evidencia una preocupante concentración de esta práctica en dichas provincias. Cataluña no registró ningún caso hasta 2020. Tanto ese año como el siguiente, esta comunidad contabilizó un único incidente, pero desde entonces el fenómeno ha ido creciendo, con nueve casos en 2022, diez en 2023 -no hubo ninguno más en el resto de España- y 11 en 2024.
En 2024 se detectaron 24 casos de matrimonios forzados en España, 11 de ellos (el 46%) en Cataluña, según los datos oficiales del Ministerio del Interior a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Muy por detrás, Andalucía y Comunidad Valenciana registraron tres incidentes cada una; Aragón, Castilla-La Mancha y Murcia, dos; y Navarra, uno.
El desglose histórico muestra que en 2015 y 2016 no se detectó ningún caso en España. En 2017 la policía llevó a cabo tres detenciones o investigaciones, dos en Castilla y León y la otra en la Comunidad de Madrid. De los 54 incidentes detectados en España en los últimos años, 32 han sido en Cataluña, cinco en Castilla-La Mancha, cuatro en Andalucía, cuatro en Comunidad Valenciana, tres en Aragón, dos en Castilla y León, dos en Murcia, uno en Navarra y uno en Madrid.
Uno de los factores que puede ayudar a explicar la alta incidencia de matrimonios forzados en Cataluña es su composición demográfica, con una población significativa originaria de Pakistán, uno de los países en los que los matrimonios forzosos son comunes pese a estar prohibidos. A su vez, el peso de la inmigración pakistaní en esta comunidad autónoma también ha contribuido, junto a la falta de control en algunas mezquitas radicalizadas, a convertirla en la meca española del salafismo. Se trata de una doctrina del islam que, en los supuestos más extremos, puede conducir al yihadismo, y que cuenta con mucho más predicamento en Pakistán que en otros países emisarios de inmigrantes como Marruecos.
La existencia de corrientes salafistas en algunas comunidades inmigrantes en Cataluña podría reforzar normas tradicionales que perpetúan prácticas como el matrimonio forzado. Además, hay que tener en cuenta que la inmigración procedente de Marruecos con destino a Cataluña ocurre desde hace décadas, mientras que la pakistaní ha crecido en los últimos años, lo que puede influir en su adaptación y la prevalencia de ciertas prácticas culturales.
La inmigración pakistaní es una de las que más rápido crece en Cataluña. Más de la mitad de ciudadanos de esta nacionalidad residentes en España están radicados en la región catalana: 55.771 personas, de un total de 100.496, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta comunidad se ha multiplicado por 46 desde 1998, cuando solo había 1.212 originarios de este país del sur de Asia en territorio catalán. La segunda en la que hay más presencia es la Comunidad Valenciana, con 15.396 pakistaníes, por delante de los 5.150 que hay en la tercera, Andalucía.
La policía catalana ha incrementado los esfuerzos para combatir este problema. Los Mossos d’Esquadra han desarrollado protocolos específicos para detectar y actuar ante casos de matrimonios forzados, lo que podría haber incrementado la identificación y registro de estos casos en comparación con otras regiones.
De hecho, el cuerpo autonómico cuenta con estadísticas más exhaustivas que las disponibles en el resto de España, que revelan que 194 chicas fueron atendidas en la región por la imposición de matrimonio entre 2009 y 2021. La mayoría de las afectadas tiene entre 16 y 19 años, aunque se han detectado casos incluso en niñas de diez años. Barcelona y sus regiones metropolitanas son las más afectadas, con 101 casos en el mismo periodo, y Gerona es la segunda con 55. La policía es alertada principalmente por la víctima, aunque también por los servicios sociales, investigación policial, la escuela, la familia, la sanidad, asociaciones o la pareja.
Uno de los casos que ha adquirido mayor relevancia pública es el de Arooj y Aneesa Abbas, dos hermanas de 24 y 21 años, residentes en Terrassa (Barcelona), que fueron asesinadas en Pakistán en mayo de 2022 tras negarse a aceptar matrimonios concertados con sus primos. Las jóvenes, que habían emigrado a España con su familia, fueron engañadas para viajar a Pakistán, donde fueron torturadas y asesinadas por sus propios familiares en un acto conocido como «crimen de honor».
Este trágico suceso puso de manifiesto la brutalidad de los matrimonios forzados y la necesidad de medidas más eficaces para prevenirlos. A pesar de los esfuerzos de las Administraciones y varias organizaciones para erradicar esta práctica, reconocida por España como violencia de género y por la ONU como una violación de los derechos humanos, existen obstáculos como el miedo de las víctimas, que no suelen denunciar por temor a represalias o desconocimiento de sus derechos.