Cónclave en el Vaticano: qué es, cómo funciona y por qué se celebra en la Capilla Sixtina
El Maestro de Ceremonias Papales tiene la responsabilidad de supervisar todo el proceso de elección de un nuevo Papa

Ciudad del Vaticano, Roma. | (Canva)
El papa Francisco ha muerto este lunes a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano, siendo el 266º pontífice de la iglesia católica. El cónclave es el proceso mediante el cual la Iglesia Católica selecciona a un nuevo Papa tras la muerte o renuncia del pontífice anterior. Este término proviene del latín cum clave, que significa «bajo llave», puesto que es un reflejo de la antigua tradición de aislar a los cardenales electores del mundo exterior hasta que se alcanzase una decisión.
Durante siglos, este procedimiento ha sido uno de los más importantes para la Iglesia Católica, ya que asegura una transición ordenada en su liderazgo espiritual. Aunque la forma de elección ha evolucionado con el paso del tiempo, su objetivo continúa manteniéndose intacto: la elección del líder espiritual de más de mil millones de católicos en todo el mundo.

Cómo se realiza el cónclave
Cuando la sede papal queda vacante, ya sea por la muerte o por la renuncia del Papa, se inicia el proceso del cónclave. Los encargados de realizar la elección del nuevo Papa son el Colegio Cardenalicio, compuesto por cardenales menores de 80 años. Antes de ingresar al cónclave, los cardenales tienen que participar en varias reuniones, conocidas como «congregaciones generales», donde discuten asuntos relevantes y se preparan espiritualmente para la elección.
El cónclave tiene lugar en la Capilla Sixtina, ubicada en la Ciudad del Vaticano. Durante la celebración del mismo, los cardenales electores son aislados del mundo exterior para evitar las influencias externas. Durante el proceso, se realizan hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde. Para que un candidato sea elegido Papa, debe obtener una mayoría de dos tercios de los votos.
Después de cada ronda de votación, las papeletas se queman. El humo resultante, es conocido como «fumata». La «fumata» es una señal para el mundo exterior. Así, el humo negro simboliza que no se ha alcanzado una decisión, mientras que el humo blanco es la noticia de que ya hay un nuevo Papa.
El cónclave más largo de la historia
El cónclave más prolongado registrado en la historia de la Iglesia Católica comenzó el 29 de noviembre de 1268 en Viterbo, Italia, y se prolongó durante casi tres años, concluyendo en septiembre de 1271. La duración del mismo se debió a las intensas divisiones existentes entre los cardenales electores y la interferencia de la política externa.
La situación llegó a tal punto que las autoridades locales decidieron reducir las raciones de alimentos y retirar el techo del lugar donde se reunían los cardenales, con la esperanza de acelerar la decisión. Finalmente, Teobaldo Visconti fue elegido Papa, tomando el nombre de Gregorio X.
Por qué se celebra en la Capilla Sixtina
La Capilla Sixtina, famosa por sus impresionantes frescos, especialmente los de Miguel Ángel, ha sido el lugar tradicional para la celebración de los cónclaves desde 1878. Su elección como sede se debe en parte a su ubicación en el corazón del Vaticano y a su diseño que permite un adecuado aislamiento, esencial para mantener la confidencialidad del proceso. Además, la majestuosidad y el simbolismo de su arte proporcionan un entorno espiritual adecuado para una decisión de tal magnitud.

Lo que no se puede hacer durante el cónclave
Durante el cónclave, los cardenales no tienen acceso a medios de comunicación ni contacto con el mundo exterior. Este aislamiento garantiza que la elección se realice sin influencias externas. Además, antes de iniciar el proceso, cada cardenal hace un juramento en el que se compromete a mantener en secreto todas las deliberaciones que tengan lugar en el cónclave.
Una vez elegido, el nuevo Papa se viste con una sotana blanca. Curiosamente, se preparan tres tamaños diferentes de vestimentas papales para adaptarse al elegido, ya que su identidad es desconocida hasta el momento de la elección. La tradición de utilizar humo para comunicar el resultado de las votaciones se remonta al siglo XX. Antes de eso, otros métodos, como la apertura de una puerta específica, se utilizaban para anunciar la elección de un nuevo Papa.