«Venimos aquí para decir adiós al Papa de los pobres, un revolucionario que cambió la Iglesia»
Católicos llegados de todo el mundo esperan hasta tres horas para rezar ante el féretro del papa Francisco

Una multitud recibe al papa Francisco al llegar a la Plaza de San Pedro. | EP / Stefano Spaziani
La Ciudad del Vaticano empezó este miércoles a vivir una de las tres jornadas en la que los fieles han comenzado a acercarse a la Basílica de San Pedro para poder ver el féretro con los restos mortales del papa Francisco. Aunque a primeras horas de la mañana no había una gran afluencia, a medida que avanzó el día comenzaron a acercarse miles de personas llegadas desde todos los rincones del mundo, pero no de una manera tan masiva como en otras ocasiones. La opinión unánime de la gente que quiere despedirse del Papa coincide en destacar su cercanía a los pobres, como así lo aseguraron a THE OBJECTIVE muchas de las personas que se aproximaron a la Basílica, así como su trabajo por integrar a otros colectivos, como la mujer o los homosexuales. «Venimos aquí para decir adiós al Papa de los pobres, un revolucionario que cambió la Iglesia», subrayaban.
No hay duda, el legado de Jorge Mario Bergoglio ha dejado una impronta como un sacerdote «revolucionario que cambió la Iglesia». Una figura para algunos controvertida, y que quizás explica que en este primer día en el que ha quedado expuesto su féretro en la Basílica de San Pedro la respuesta no haya sido tan masiva como se esperaba. Pero lo cierto es que la gran mayoría de los que llegaron a esperar más de dos horas para rezar ante los restos mortales, defienden su papel para acercar a la Iglesia Católica a aquellos que estaban lejos.
Los más jóvenes, como Bianca, una italiana de 15 años, que a las 11 de la mañana espera a las puertas de la plaza de San Pedro, el Papa fue «un hombre generoso, importante, que respetó a la humanidad y la naturaleza». La muerte del Papa le sorprendió de viaje con su familia, procedente de Palermo, y no dudaron en aprovechar la oportunidad de acercarse ante el féretro del Santo Padre.
Manuel también estaba de visita en Roma y, a pesar de asegurar que estos días son «tristes», se considera afortunado de «estar aquí». Para este español, residente en Estados Unidos, el papa Francisco propició «un cambio de tendencia en la Iglesia Católica, integrando a muchos colectivos». Uno de los legados del Sumo Pontífice ha sido que «mucha gente se plantee el papel tan importante que tiene Dios en el mundo».
Desde Asís llegó Gonzalo, que se encontraba de visita, ya que había viajado a Italia para poder participar en la canonización de Carlos Acutis, que ha quedado cancelada tras el fallecimiento del Papa. Ha sido uno de los primeros en entrar en la Basílica de San Pedro, después de dos horas de espera y destaca de Francisco «su cercanía. Ha sido un papa que ha estado muy cerca de la gente que sufre».
«Recoger un crucifijo bendecido por el Papa»
El regreso más amargo a esta Plaza de San Pedro lo vivieron Guillermo y Marisa, un matrimonio argentino que llegó desde la provincia de Entre Ríos, de la pequeña localidad de Santa Elena, de 20.000 habitantes, y que habían sido recibidos en audiencia por el Papa el pasado 9 de abril. A la representación diplomática de su país le dejaron un crucifijo de madera, hecho con material del muelle del puerto de Santa Elena, para que fuera bendecida por el pontífice antes de regresar a Argentina, tras pasar unos días por otros países europeos. Las circunstancias han querido que tuvieran que recoger esa Cruz ya con el Papa fallecido. Agarrados a la cruz salían de la basílica tras despedir al pontífice.
«Ha sido una bendición histórica porque el vuelo sale hoy (por ayer) hacia Buenos Aires», recuerda emocionado Guillermo, quien no dudó en definir al Papa como «un humilde que transformó el mundo». Para su mujer, el pontífice «marcó la diferencia». «Yo lo veo entre los jóvenes, que tienen otra mirada de la Iglesia Católica», afirma. En este sentido, considera a Bergoglio «un Papa revolucionario que acercó la Iglesia a otros colectivos».
Valentina lo define como un «gran hombre que siempre estuvo cerca de la gente pobre». Y la colombiana Adriana, que se encontraba en Italia de vacaciones y no dudó en acudir a ver al Papa, también insistía en que «ha trabajado por los pobres, por las mujeres y por el colectivo LGTBI y la Iglesia debería ir por este camino». Cree en el mensaje que envió para «los pobres» está aquí y «merece la pena esperar dos horas».
Al caer la tarde, el tiempo de espera superaba ya las tres horas, y para este jueves y el viernes se espera la llegada de más visitantes de todo el mundo. En la Plaza de San Pedro, grupos de jóvenes se reunían a rezar el Rosario. A las 12 estaba previsto cerrar la puerta de la basílica, mientras, en el exterior, operarios preparan el escenario en el que el sábado se celebrará el funeral.