El «sigilo» de los papeles del Papa y el sorteo entre los cardenales en Casa Santa Marta
Los religiosos intentan huir de la prensa para evitar romper el secreto al que les obliga el Vaticano

Uno de los cardenales presentes en Roma saliendo de la tercera reunión de la congregación. | EP / Zuma Press
El fallecimiento de cualquier papa está acompañado de una serie de ritos ancestrales para proteger la intimidad del pontífice. Una de las más relevantes es el sellado, «sigilo», de su habitación y la custodia de todos aquellos documentos que guardaba. Toda esta información no podrá ser manipulada hasta la llegada del nuevo Santo Padre, e incluso lo que no lleve su firma no tendrá ninguna validez. En Casa Santa Marta, donde vivía Bergoglio también se ha puesto en marcha el ritual del reparto de habitaciones, por sorteo, entre los cardenales, como así señala a THE OBJECTIVE el consultor de la Congregación de los Obispos, Eduardo Baura.
Los cardenales van llegando a Roma, hasta 113 participaron este jueves en la tercera reunión que celebran las congregaciones y, a falta de saber cuándo comenzará el cónclave, estos pastores de la Iglesia se han convertido en los hombres más buscados de la Ciudad del Vaticano. Los medios de comunicación los abordan por las calles y, aunque algunos incluso aceptan mantener alguna conversación, la gran mayoría ya empiezan a acatar el secreto al que están obligados. Cualquier declaración puede ser interpretada como una apuesta por uno u otro. Antes de comenzar el cónclave, buscan mejorar sus atributos y este jueves se les podía ver en las sastrerías especializadas en este tipo de ropa, sobre todo a la que acudía el papa Francisco, el sastre Raniero Mancinelli, situada en el Borgo, un barrio medieval junto al Vaticano.
La mayoría de los religiosos, en cuyas manos está el futuro de la Iglesia católica, se alojan en Casa Santa Marta. No podrán ocupar la planta en la que se encuentran las dependencias papales, que solo se abrirán cuando se elija al nuevo Pontífice. Mientras tanto, su interior permanece sellado, el denominado «sigilo de plomo», como así lo explica el consultor de la Congregación de los Obispos, Eduardo Baura.
Un «sigilo» que se hace más intenso sobre los documentos que puede haber escrito el Papa, pero que si no llevan su firma, no pueden ser considerados como tales. «El sello de plomo, es el llamado timbre, que se utiliza para los documentos papales para decir que vienen del Papa», subraya, a la vez que señala que las dependencias ya se han cerrado. «No se puede entrar hasta que llegue el nuevo papa, que a lo mejor se puede encontrar con papeles del papa anterior, o informaciones, pero eso es lo que no se puede tocar».
Clausurada esa zona, el resto de las habitaciones de Casa Santa Marta se reparten entre los cardenales a través de un sorteo para ver a quién le corresponde cada una de ellas. «En esta ocasión, tendrán que disponer algunas habitaciones en otros lugares porque no caben», asegura Baura.
Recibido por personas vulnerables
Los cardenales realizan dos meditaciones cada día, tomando como base los documentos que ha dejado escrito el papa Francisco, y antes de reunirse en las congregaciones. El cónclave se iniciará con una misa en la Capilla Sixtina, y el primer día solo habrá una votación. Posteriormente cuatro cada día, dos por la mañana y dos por la tarde, hasta 75 días. Si en ellas no se ha elegido a nadie por dos tercios, se continúa hasta el desempate entre los dos que tienen más votos. Benedicto XVI reformó el sistema de Juan Pablo II de que el desempate sería por mayoría absoluta y volvió a implantar los dos tercios. «Se trata de que el Papa tenga un consenso muy grande», insiste el consultor de la Congregación de los Obispos.
Poco a poco se van conociendo algunos detalles del día del entierro del Papa. Tras la misa funeral que se celebrará en la Basílica de San Pedro, los restos mortales de Francisco se trasladarán a la Basílica de Santa María la Mayor. En la escalinata del templo se encontrará un grupo de personas pobres y necesitadas para recibir su féretro y dar el último adiós al Papa. Según un comunicado de la Santa Sede, la iniciativa recuerda que «los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios» y busca recordar el magisterio del difunto Papa, que eligió el nombre de Francisco «para no olvidarse nunca» de los pobres.
Este sábado se rezará el Rosario frente a la Basílica de Santa María la Mayor a las nueve de la noche y el servicio funerario de Francisco se realizará en privado, según adelantó este jueves el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni. A partir de la mañana del domingo 27 de abril, los fieles podrán comenzar a visitar la tumba del papa Francisco en la basílica mariana.