El cardenal español con más opciones de ser Papa: «Me acusan de estar promocionándome»
El arzobispo de Rabat asegura que no será elegido sucesor de Francisco. «El Espíritu Santo no fallará»

El cardenal arzobispo de Rabat, Cristóbal López Romero. | Valeria Ferraro (Zuma Press)
Las quinielas sobre quién será el próximo Papa se multiplican a medida que se acerca el inicio del cónclave, previsto para este miércoles a las cuatro y media de la tarde en la Capilla Sixtina. Cada día que pasa crece el número de cardenales que podrían suceder a Francisco, pero hay uno, español aunque nacionalizado paraguayo, que aparece en todas las apuestas: el arzobispo de Rabat, Cristóbal López Romero. THE OBJECTIVE ha podido hablar con él a tan solo 48 horas de que comience el cónclave. Se autodescarta para ser elegido sumo pontífice, y señala con ironía: «Me acusan de estar autopromocionándome». El cardenal está convencido de que el Espíritu Santo no fallará en la elección de una «buena persona y un buen cristiano».
Los 133 cardenales que participarán en el cónclave se encuentran ya semirretirados en sus dependencias de Casa Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, a la espera del inicio de una de las citas más importantes de la Iglesia Católica. Sus agendas se han centrado en las reuniones de las congregaciones religiosas y las misas de novendiales, los nueve días de luto por la muerte de Bergoglio.
La mayoría de estos cardenales han decidido restringir sus contactos con los medios de comunicación, a los que han atendido por las calles de Roma y han concedido entrevistas, conscientes de la importancia que tienen en estos momentos los medios de comunicación para trasladar la realidad de la Iglesia Católica.
Sin embargo, y a pesar de este silencio impuesto, este periódico ha podido charlar brevemente con el cardenal Cristóbal López Romero. Una llamada telefónica que ha atendido, aunque irónicamente nos ha advertido de que «hace cuatro días que cerré el grifo del periodismo». Como periodista que es, conoce el interés que despierta su figura en estos momentos. «No molestas», dice, pero también reconoce que ha «estado muy expuesto; he sido demasiado mediático».
El cardenal incluso llega a hacer a THE OBJECTIVE una confidencia al afirmar que «algunos me acusan de estar autopromocionándome». El arzobispo de Rabat se muestra comprensivo por nuestra insistencia: «Yo soy periodista y te comprendo en el intento», y subraya que a todos los periodistas «les estoy diciendo que después de la elección hablamos».
«La elección va a ser rápida»
Algunas ideas sobre el desarrollo del cónclave y el perfil del nuevo Papa sí que deslizó Cristóbal López Romero. Piensa que la elección del sucesor de Francisco «va a ser rápida», no más de cuatro días. Será entonces, cuando se conozca el nombre, el momento en el que el cardenal estará dispuesto a analizar públicamente la elección: «Entonces ya hablaremos y estaremos libres para poder hablar». Lo que sí reclamó amablemente es «que me respetéis el silencio y la meditación que hay que hacer».
El único deseo que manifiesta este cardenal -que por primera vez asiste a un cónclave- sobre el nuevo Papa es lo que dice «a todos: que sea una buena persona y un buen cristiano, ya eso sería mucho». Por ello, está seguro de que «el Espíritu Santo hará su tarea, nosotros podemos fallar, pero él, no. Va a ser lo que corresponde». Y se excluye de esta elección porque tiene una certeza: «Lo seguro es que yo no seré elegido Papa».
El cardenal Cristóbal López Romero nació el 19 de mayo de 1952 en Vélez-Rubio (Almería). Es un sacerdote salesiano que fue ordenado el 19 de mayo de 1979 en Barcelona, después de vivir en Badalona, ciudad a la que su familia había emigrado. En 1984 fue destinado a Paraguay, donde estuvo 18 años, y permaneció en este país hasta 2002. Entre 2003 y 2010 fue responsable de la comunidad salesiana, la escuela y el centro de Formación Profesional Don Bosco de Kenitra, a 40 km de Rabat. Entre 2011 y 2014 fue provincial salesiano de Bolivia. En 2014 fue nombrado provincial de la Inspectoría salesiana María Auxiliadora, con sede en Sevilla.
El 29 de diciembre de 2017 el papa Francisco lo nombró arzobispo de Rabat. En marzo de 2019 recibió al Papa durante su viaje de Estado a Marruecos. El 24 de mayo de 2019, Bergoglio lo nombró administrador apostólico de Tánger, cargo que desempeñó hasta el 25 de febrero de 2022. El 5 de octubre de 2019 fue nombrado cardenal.