León XIV rompe con la austeridad que mostró Francisco al ser elegido Papa
El nuevo pontífice ha recibido a la multitud con todas las prendas que rechazó Bergoglio: estola, muceta y cruz de oro

El Papa Francisco y el nuevo pontífice, León XVI, en el momento de sus respectivos nombramientos. | Reuters
La elección de un nuevo Papa no solo marca un cambio en el liderazgo espiritual de la Iglesia Católica, sino que también puede reflejarse en aspectos simbólicos como la vestimenta papal. La reciente elección de León XIV, primer Papa estadounidense, ha generado atención por su regreso al atuendo tradicionalmente propio de los nuevos pontífices, que contrasta notablemente con la sobriedad que caracterizó al pontificado de su predecesor, el Papa Francisco.
Desde su primera aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro en 2013, el Papa Francisco optó por una vestimenta minimalista: sotana blanca sin adornos, sin muceta roja ni estola bordada. Este estilo reflejaba su compromiso con la humildad y la cercanía al pueblo, alineándose con las reformas del Concilio Vaticano II que promovían la simplificación de la liturgia y las vestimentas. Incluso rechazó los tradicionales zapatos rojos, símbolo de la sangre de los mártires, prefiriendo calzado negro sencillo.
En contraste, la primera aparición pública de León XIV este jueves ha mostrado una inclinación hacia la tradición. Lució la muceta roja (la prenda de tela abotonada que cubre los hombros del pontífice), la estola bordada en oro y una cruz dorada, elementos que Francisco había dejado de lado. Esta elección ha sido interpretada por expertos como una señal de un pontificado que valora las formas tradicionales y la solemnidad en la liturgia.
El hábito coral del Papa, utilizado fuera del ámbito litúrgico, consta de sotana blanca, una faja de seda muaré blanca con flecos dorados, roquete de lino, muceta (roja todo el año salvo en tiempo de Pascua, que es blanca), cruz pectoral sostenida sobre la muceta por un cordón dorado y solideo blanco. La diferencia en los atuendos de Francisco y León XIV no parece ser superficial; refleja enfoques distintos hacia el papado y la Iglesia. Mientras Francisco enfatizó la humildad y la cercanía, León XIV parece inclinarse por una reafirmación de la tradición y la solemnidad. Si bien todo parece indicar que la Iglesia ha optado por el continuismo al haber nombrado Papa al cardenal Robert Francis Prevost, cercano a Francisco, estas elecciones vestimentarias ofrecen una primera visión de las posibles direcciones que tomará el nuevo pontificado.

La elección de León XIV de retomar elementos tradicionales en su vestimenta papal sugiere una posible revalorización de las formas y símbolos históricos de la Iglesia. Este retorno a la tradición podría interpretarse como un intento de reforzar la autoridad y continuidad del papado en tiempos de cambio. Sin embargo, también plantea preguntas sobre cómo equilibrará la Iglesia la tradición con las necesidades y expectativas del mundo contemporáneo.
Es probable que su elección de vestir con muceta, estola bordada y ornamentos tradicionales no responda a un cálculo ideológico ni a una voluntad de ruptura, sino simplemente a un regreso sereno a la liturgia y estética heredadas, sin la intención de hacer de la sobriedad un manifiesto en sí mismo. A diferencia de Francisco, cuyo atuendo austero comunicaba deliberadamente una teología de la humildad y del despojo, León XIV parece situarse en una continuidad menos reactiva, donde la tradición no es negada ni instrumentalizada, sino asumida con naturalidad.