Los refranes zamoranos que no se entienden en el resto de España (y ellos usan a diario)
Aunque estas palabras incomprendidas fuera, son motivo de orgullo, una marca identitaria de la riqueza cultural

Zamora | Ayuntamiento Zamora
En Zamora, tierra de historia y tradiciones profundas, el lenguaje tiene un sabor propio que puede sonar extraño para quienes no son de la provincia. Los refranes y expresiones que sus habitantes emplean a diario están cargados de siglos de cultura popular, transmitidos de generación en generación, y esconden significados que a menudo escapan a quienes no están familiarizados con el dialecto local. Estas expresiones, que en ocasiones parecen crípticas o incluso cómicas para el resto de España, forman parte esencial de la identidad zamorana y reflejan la rica diversidad lingüística que habita dentro del idioma español.
La riqueza lingüística de Castilla y León
Castilla y León, formada por nueve provincias, seis de las cuales pertenecen a la antigua Castilla La Vieja, es un territorio donde el español se viste con expresiones propias que se han transmitido oralmente durante generaciones. En este vasto territorio, el idioma no solo es un medio de comunicación, sino un vínculo directo con la tradición rural, el pasado y la identidad local. La variedad lingüística no es casualidad. Como bien señalaba el Premio Nobel Camilo José Cela, autor de obras como Viaje a la Alcarria y La colmena, el castellano de esta región es uno de los más bellos y cargados de historia. El español que se habla aquí es singular, con frases que pueden leerse igual de derecha a izquierda, los famosos palíndromos, y palabras únicas, como “pedigüeñería”, que incluye los cuatro signos ortográficos del idioma: la virgulilla, la diéresis, la tilde y el punto sobre la “i”.
Zamora: un tesoro lingüístico poco conocido
Dentro de Castilla y León, Zamora es quizá la provincia donde esta riqueza idiomática se manifiesta de forma más palpable. En Zamora, muchas palabras y expresiones autóctonas son habituales en la conversación diaria, pero resultan extrañas o incomprensibles para quienes no son de la zona. Algunas de las palabras y expresiones zamoranas más singulares son:
- Decaneco: taza
- Andar agudo: caminar rápido
- Moñaca: persona tonta
- Tolón: fiestero
- Pintea: cuando llueve
- Testar: chocar contra algo
- Resbalina: tobogán
- Tenderse: tumbarse en la cama
- Amolando: molestar a alguien
- Esguarniado: persona que se ha roto un hueso
- Añusgado: persona que se acaba de atragantar
- Atropo: meterse en un lío o problema
- Fato: persona tonta o lelo (diferente a la definición de la RAE)
Entre sus expresiones más características destacan refranes como “A buen hambre no hay mal pan,” que refleja la capacidad de adaptación ante la escasez, y la frase “andar agudo,” que se utiliza para describir a alguien que camina rápido o con energía. También es habitual escuchar “Quien no sabe de tormentas, no sabe de mar,” que resalta la sabiduría adquirida con la experiencia, y “De lo que se come, se cría,” que pone en valor la influencia del entorno en la personalidad. Para el visitante, adentrarse en estas expresiones es viajar a un mundo de tradición oral que une pasado y presente.

El refrán polémico que incomoda a Zamora
Entre los refranes zamoranos, uno en particular provoca cierta controversia cuando se usa fuera de la provincia:
- “Pantalón de pana y remiendo en el culo, zamorano seguro.”
Este dicho refleja originalmente la vida sencilla y trabajadora de los zamoranos, aludiendo a la resistencia de la ropa de pana y la costumbre de remendarla en lugar de desecharla, símbolo de austeridad y esfuerzo. Sin embargo, en otros lugares de España se interpreta como un estereotipo despectivo que asocia a los zamoranos con la pobreza y un estilo de vida atrasado, lo que genera incomodidad entre sus habitantes.
Una lengua viva que sorprende y enamora
El español zamorano no es más que una muestra del rico mosaico que conforma el idioma español. Desde términos curiosos como “sarantontón” en Canarias, hasta expresiones que conectan a toda Castilla y León, la lengua es un reflejo de la historia, el clima, las costumbres y la idiosincrasia local. El español, reconocido como el idioma más rápido de hablar y que puede leerse tal cual se escribe, conserva en Zamora un acento y un léxico propios, que son un patrimonio cultural vivo.