El campamento 'trans' defiende sus duchas mixtas con monitores: «Rompen estigmas»
Los organizadores de las polémicas colonias de Álava llaman «tránsfobos» a los familiares de los niños

Niñas y niños de un campamento de verano en una imagen de archivo. | Europa Press
La asociación Sarrea Euskal Udaleku Elkartea, responsable del campamento transgenerista de Bernedo (Álava) en el que los menores eran obligados a utilizar duchas mixtas, incluso con los monitores dentro, defiende su modus operandi como una forma de «normalizar todos los cuerpos» y «romper estigmas». En un comunicado difundido este viernes en sus redes sociales, la entidad señala que, «más allá de ser simplemente un lugar de higiene», esas duchas son también «una oportunidad para romper estigmas y liberarnos de la vergüenza y la sexualización».
El comunicado no niega en ningún momento las acusaciones de las familias, sino que las excusa con argumentos variopintos, y denuncia una campaña «tránsfoba» contra las colonias. Cabe recordar que, tal y como contó THE OBJECTIVE, las niñas que participaron en el campamento, de 15 días, denunciaron a sus padres que los monitores las obligaban a ducharse junto a los niños para que así nadie fuera «categorizade» (sic). También les explicaron que los adultos se duchaban con ellas y que, a menudo, muchos cuidadores se paseaban con sus miembros sexuales al descubierto: «En tetas».
«Nuestro proyecto educativo se basa en valores transfeministas y busca crear espacios seguros para todas las identidades y cuerpos», asevera la entidad organizadora en el extenso comunicado, que abunda: «Cada actividad en los campamentos de verano es una herramienta para cultivar la convivencia, la autonomía y el cuidado mutuo, incluyendo las duchas. Estas también, más allá de ser un simple espacio de higiene, también son una oportunidad para normalizar todos los cuerpos, romper estigmas y liberarse de la vergüenza y la sexualización».
Los organizadores del polémico campamento se escudan en que «en nuestra sociedad, los baños y las duchas son una herramienta para dividir a las personas según una lógica binaria y el género», y que «esta división, además de excluir diferentes cuerpos e identidades, provoca situaciones de incomodidad y discriminación». «Nuestra misión es garantizar lugares seguros para todos los niños, niñas y jóvenes con espacios mixtos, sin necesidad de identificación de género previa», se justifican.
Sarrea Euskal Udaleku Elkartea asegura que su propuesta, pese a tratarse de un mero campamento de verano, «es política», y que «cuestiona el binarismo impuesto, promueve la normalización de los cuerpos y busca ayudar a construir entornos más habitables». «El nuestro es un proyecto autogestionado basado en el feminismo, el euskera y el trabajo comunal», abunda la entidad, que zanja: «Se trabajan cuestiones de género durante todo el campamento, y los educadores intentamos ser un referente y un refugio, aunque sabemos que sigue siendo un espacio ajeno para ellos. Aunque somos conscientes de que es imposible cambiar radicalmente la situación en 15 días, creemos que el esfuerzo merece la pena, pues hemos visto resultados positivos año tras año».
El comunicado llega después del estallido de la polémica, a raíz de la publicación en el diario El Correo de testimonios de las familias y de cartas de las propias niñas quejándose de las duchas mixtas. Tras recibir largas de la asociación y de distintas asociaciones vascas, las madres de las víctimas han denunciado el caso a la Ertzaintza para que investigue si hay «delitos» en la actuación de los responsables del campamento.