La pregunta que más se falla en los exámenes de la DGT: «Parece la más fácil»
Es imprescindible prestar mucha atención a los enunciados de la prueba teórica y razonar en base a las normas

Un examen teórico de la DGT. | DGT
Para poder obtener el carnet de conducir en España, es necesario superar dos exámenes de la Dirección General de Tráfico (DGT): el primero, de carácter teórico, consiste en un test con 30 preguntas conceptuales sobre normas de circulación, señales, comportamiento, mecánica básica y primeros auxilios; y el segundo, de carácter práctico, evalúa la correcta aplicación de las normas de conducción y el comportamiento al volante.
En ambos exámenes, el sentido común resulta fundamental, ya que muchas normas y decisiones se basan en la lógica y la prudencia. Sin embargo, también es necesario conocer con precisión las reglas y los datos específicos del reglamento de circulación. Además, resulta esencial familiarizarse con los distintos tipos de vehículos y sus características. En los últimos años, los avances tecnológicos y las medidas contra la contaminación han provocado cambios significativos, tanto en los propios vehículos y su funcionamiento como en las normas y zonas de conducción.
Algunas de las medidas más destacables de esta innovación incluyen la implantación de Zonas de Bajas Emisiones en los sectores más céntricos de ciertas ciudades, de manera que los vehículos más contaminantes no puedan acceder a ellas. Para identificar fácilmente qué coches pueden circular en estas zonas, se implementó hace casi una década un sistema de etiquetas medioambientales que clasifica a los vehículos según el nivel de contaminación que generan. Tanto los distintivos como las restricciones asociadas a cada grado de contaminación deben ser conocidos por los aspirantes a conductores.

Es por ello que, en los últimos años, en el examen teórico se incluyen preguntas relacionadas con las etiquetas medioambientales, principalmente centradas en la identificación de los distintivos, dónde se debe ubicar en el vehículo, los criterios de clasificación, sus ventajas y restricciones, y la comparación entre las diferentes etiquetas. De este modo se asegura que el futuro conductor entiende las diferencias y la relevancia de cada una en la movilidad sostenible.
La pregunta que más se falla
La pregunta más fallada últimamente en el examen teórico del carnet de conducir está relacionada con los distintivos ambientales, y en concreto, con los criterios exactos que permiten clasificar correctamente un vehículo en una u otra etiqueta según su funcionamiento y nivel de emisiones, un aspecto que muchas personas no conocen bien y suele generar confusión.
Exactamente, la cuestión más fallada en este examen es la siguiente: ¿En qué clase clasificarías un vehículo de batería y un vehículo híbrido enchufable de autonomía de más de 40km/h? A pesar de que parece tener una respuesta sencilla, la realidad es que no es así, puesto que tiene truco y se debe conocer para no caer en el error, ya que en este examen solamente está permitido tener tres o menos fallos.
La confusión básicamente se encuentra en que, como los vehículos 100×100 eléctricos son cero emisiones, cabe pensar que los coches híbridos son vehículos Eco, cosa que es cierto, pero, al especificar la pregunta que este supera los 40km/h de autonomía lo convierte en un vehículo Cero emisiones.
Entonces, la respuesta correcta a esta pregunta sería que tanto el vehículo eléctrico de batería como el híbrido enchufable con una autonomía eléctrica superior a 40km/h se clasifican dentro de la categoría Cero emisiones, identificada con la etiqueta de color azul. Esto es así porque esta categoría incluye todos los vehículos que pueden circular sin emitir gases contaminantes, como los eléctricos puros, los de pila de combustible y los híbridos enchufables capaces de recorrer al menos 40 km solo con energía eléctrica. Por tanto, aunque la pregunta pueda parecer confusa, ambos vehículos pertenecen a la misma clase ambiental.