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Sociedad

Un estudio revela que el uso de las redes sociales antes de los 13 años atrofia el intelecto

Los niños que pasan más tiempo con el móvil obtienen peores resultados en pruebas de lectura, memoria y lenguaje

Un estudio revela que el uso de las redes sociales antes de los 13 años atrofia el intelecto

Niños con móviles. | Freepik

El uso temprano de las redes sociales se asocia con un descenso considerable del rendimiento cognitivo en niños de entre nueve y trece años, según un estudio publicado en la revista científica Journal of the American Medical Association (JAMA). Los investigadores advierten que las redes podrían estar costando a los preadolescentes parte de su capacidad cerebral. Los menores que pasaban más tiempo en estas plataformas obtuvieron, dos años después, resultados bastante peores en pruebas de lectura, memoria y lenguaje.

La investigación analizó datos de más de 6.500 niños que participaron en el proyecto a largo plazo más grande sobre desarrollo cerebral infantil realizado en Estados Unidos: el Estudio Nacional de Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente (ABCD, por sus siglas en inglés). Los resultados mostraron que los menores que usaban redes sociales durante una hora diaria registraron un descenso de entre uno y dos puntos en las pruebas cognitivas. En los que pasaban más de tres horas al día, la caída alcanzó hasta cuatro puntos.

«Este estudio encontró que incluso niveles bajos de uso de las redes sociales se asociaron con un rendimiento cognitivo más pobre», dijo el investigador principal, el doctor Jason Nagata, profesor asociado de Pediatría en la Universidad de California, San Francisco. Añadió que los hallazgos sugieren que el cerebro en la adolescencia temprana podría ser especialmente sensible a la exposición a estas plataformas, lo que subraya la importancia de introducirlas de forma apropiada para la edad y bajo una supervisión cuidadosa.

Según el estudio, alrededor del 58% de los niños apenas utilizaban redes sociales, el 37% pasaba una hora adicional al día en ellas a los 13 años y un 6% las usaba hasta tres horas diarias. La capacidad cognitiva se evaluó mediante una batería de pruebas elaboradas por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Los investigadores creen que el descenso en el rendimiento podría deberse a que muchos niños reemplazan el tiempo de lectura o de tareas escolares por el uso de las redes. «Las redes sociales son altamente interactivas y pueden desplazar el tiempo dedicado a la lectura o al trabajo escolar», dijo Nagata. Añadió que desarrollar hábitos digitales saludables desde edades tempranas podría ayudar a proteger el aprendizaje y el desarrollo cognitivo. Los resultados respaldan los esfuerzos de algunas escuelas por limitar el uso del teléfono durante el horario lectivo, así como las propuestas de establecer restricciones de edad más estrictas para el acceso a las redes sociales.

Secuelas en la salud mental

A pesar de que cada vez hay más evidencia sobre los efectos negativos del uso del móvil y las redes sociales en la salud mental de los menores, la edad media de adquisición del primer smartphone sigue reduciéndose en todo el mundo. Otro estudio con datos de más de 100.000 jóvenes estadounidenses revela que disponer de un móvil antes de los 13 años compromete la salud mental en la adultez joven.

La investigación, publicada en la revista científica Journal of Human Development and Capabilities, concluye que los jóvenes de entre 18 y 24 años que recibieron su primer teléfono antes de los 13 son más propensos a sufrir pensamientos suicidas, episodios de agresividad, desconexión de la realidad, inestabilidad emocional o baja autoestima. El acceso temprano también se asocia con menor autoestima y resiliencia emocional entre las mujeres, y con una peor estabilidad, tranquilidad, confianza en sí mismos y empatía entre los hombres en la edad adulta.

Un análisis más detallado indica que el uso precoz de las redes sociales explica cerca del 40% de la relación entre la posesión de un móvil en la infancia y la mala salud mental posterior. Además, contribuye al 13% de los conflictos familiares, al 10% de los casos de ciberacoso y al 12% de los trastornos del sueño. Según los autores, esta influencia negativa está relacionada con dinámicas propias de las redes que fomentan comparaciones constantes, roban tiempo de descanso y estudio, y exponen a los menores a contenidos potencialmente dañinos amplificados por los algoritmos.

Los móviles desaparecen de las aulas españolas

Los teléfonos móviles han desaparecido de los centros escolares en el nuevo curso. Las comunidades autónomas ya no permiten su uso en los colegios e institutos públicos y concertados, salvo en casos excepcionales con fines pedagógicos y bajo la supervisión del profesorado. El siguiente paso, aún con menos consenso entre regiones, será regular el empleo de tabletas y ordenadores portátiles.

Según un estudio de la escuela TBS-Barcelona basado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 70% de los niños de entre 10 y 15 años en España posee un teléfono móvil, y la cifra asciende al 96% entre los adolescentes de 15 años. La decisión de restringir su uso en las aulas llegó después de que el Consejo Escolar del Estado aprobara por unanimidad, en enero de 2024, una recomendación para prohibirlos, lo que impulsó a varias autonomías a implementar sus propias regulaciones.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) respalda la medida. En su informe Impacto del uso de dispositivos en el sistema educativo, la entidad advierte de que el uso de smartphones en clase reduce la atención tanto del alumno que los utiliza como de quienes le rodean. También señala que su empleo durante el recreo se asocia con menos tiempo de actividad física, menor interés por la interacción cara a cara y mayor riesgo de ciberacoso. Superada la primera fase del debate sobre los efectos del móvil en el aula, el nuevo interrogante apunta a las demás pantallas. No existe un consenso claro sobre si las tabletas y los portátiles deben permitirse o si conviene volver a los libros de texto tradicionales.

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