Llega a Burgos la rotonda holandesa que cambiará la forma de circular en bici
Contribuye a pacificar el tráfico en una zona que hasta ahora soportaba más vehículos de lo recomendable

Una rotonda clásica. | Canva
Burgos tendrá lista a partir de diciembre una glorieta de diseño avanzado. Conocida como rotonda holandesa de Burgos. Cuyo objetivo central es ofrecer mayor seguridad y fluidez para ciclistas, peatones y vehículos. Este hecho marca un antes y un después en la forma de integrar el tráfico rodado con la movilidad activa.
Su construcción se bede a una apuesta estratégica por mejorar la calidad de vida, reducir el riesgo de accidentes de tráfico y fomentar el uso de la bicicleta como medio habitual de desplazamiento. En este sentido, la nueva rotonda simboliza el compromiso de la ciudad con una movilidad adaptada a los riesgos del siglo XXI.
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La rotonda a la holandesa de Burgos
La nueva rotonda holandesa de Burgos se sitúa en el tramo de ampliación del bulevar, que conecta hasta la calle Villadiego junto a los antiguos depósitos de CLH. El tramo abierto al tráfico tiene una longitud de unos 500 metros. Mientras que, la ampliación del vial alcanza los 830 metros.
Una de las novedades más destacadas es la incorporación de un carril segregado exterior para bicicletas. Se trata de un carril que rodea la rotonda, y en el cual los ciclistas tienen prioridad de paso sobre los coches al entrar y salir de la glorieta. El coste de la obra ha ascendido a 3,5 millones de euros, con una ayuda del Fondo de Cooperación Local de la Junta de Castilla y León, lo que demuestra la relevancia que el proyecto tiene para la ciudad.
Qué es una rotonda a la holandesa
El término rotonda a la holandesa, hace referencia a un diseño originario de los Países Bajos, donde la movilidad en bicicleta es muy relevante, y se ha exportado como buena práctica a ciudades de Europa al incorporar una segregación efectiva del tráfico ciclista.
En este tipo de glorieta, los ciclistas circulan por un carril externo que rodea la rotonda y está separado del carril de vehículos motorizados.
Los vehículos a motor, por su parte, al aproximarse a la glorieta deben ceder el paso a los ciclistas que circulan por el anillo ciclista, lo cual reduce considerablemente los peligros tradicionales de los cruces. Y es que, la rotonda al estilo holandés busca una fluidez más segura, especialmente para quienes se desplazan sobre dos ruedas.
La implantación de esta rotonda holandesa en Burgos supone un paso significativo hacia una ciudad más segura, accesible y preparada para la movilidad activa.
