Las políticas de Rusia, China y Canadá pueden aumentar la temperatura global 5ºC
Las actuales políticas de cambio climático de Rusia, China y Canadá podrían elevar hasta 5ºC la temperatura mundial a finales de siglo. Así lo ha desvelado un estudio publicado en la revista científica Nature Communications.
Las actuales políticas de cambio climático de Rusia, China y Canadá podrían elevar hasta 5ºC la temperatura mundial a finales de siglo. Así lo ha desvelado un estudio publicado en la revista norteamericana Nature Communications. El estudio muestra cuál sería el aumento de la temperatura global si todo el mundo siguiera las políticas ambientales de cada país. Un aumento tan grande en la temperatura global tendría consecuencias catastróficas y rompería el compromiso de mantener la temperatura por debajo de los 2ºC al que se llegó con la firma de los Acuerdos de París.
Rusia, China y Canadá tendrían las peores políticas medioambientales, aunque Estados Unidos y Australia no se quedan atrás, estarían impulsando un aumento de 4ºC. Nature también sitúa a los países de la Unión Europea, principales impulsores de políticas ambientales, fuera de los objetivos pactados en París. España se situaría como uno de los países más contaminantes de Europa Occidental con un aumento de 3,4ºC.
Los científicos ya han advertido que solo un aumento de la temperatura de 1,5ºC sería seguro para la vida en el planeta Tierra. Sin embargo, solo los países subdesarrollados se mantienen dentro de los límites, en gran parte debido al bajo nivel de industrialización. Entre las potencias industriales solo India se mantiene cerca de lo acordado con 2,6ºC.
«Es interesante ver lo lejos que están algunos países, incluso aquellos considerados líderes del discurso para prevenir el cambio climático», ha declarado a The Guardian el autor del estudio, Yann Robiou du Pont de la Universidad de Melbourne.
Las previsiones que plantea el estudio preocupan a la comunidad científica y cuestionan el compromiso de los gobiernos con el Acuerdo de París, basado en la buena voluntad de los países. Cada nación establecerá para 2020 las medidas que considere necesarias dependiendo de su tamaño, población y situación económica. En caso de no reducir las emisiones, el acuerdo no plantea ningún tipo de sanción, todo depende de la responsabilidad que cada país quiera adquirir.
El autor ha señalado la necesidad de llegar a un consenso sobre que supone un reparto justo de la responsabilidad. No vale que las pocas emisiones de los países subdesarrollados compensen las emisiones de los industrializados. Es por ello, que espera que su estudio sea empleado en la conferencia de la ONU sobre medio ambiente que se celebrará el mes que viene en Katowice, Polonia.
Lejos de mandar el mensaje de que todo está perdido, du Pont espera que la investigación sirva para que tanto expertos como ciudadanos reclamen a los líderes su responsabilidad en la reducción del calentamiento global, como ya ocurrió en los Países Bajos en 2015.