Unas bacterias sobreviven varios años en el espacio y apoyan la teoría de que la vida en la Tierra se originó por la llegada de gérmenes
Unas bacterias expuestas afuera de la Estación Espacial Internacional (EEI) sobrevivieron más de tres años, lo que apoya la panspermia, la hipótesis de que la vida en la Tierra pudo haberse originado por el arribo al planeta de gérmenes presentes en todo el Universo, según un artículo que publica este martes la revista Frontiers in Microbiology. «El origen de la vida en la Tierra es el mayor misterio de los seres humanos», ha indicado Akihiko Yamagishi, profesor en la Universidad de Farmacia y Ciencias de la Vida de Tokio, e investigador principal de la misión Tanpopo, el término japonés para la flor del dandelion o diente de león (Taraxacum officinale).
En contexto: la idea es que por todas partes del Universo, dispersos como los penachos plumosos del diente de león, se hallan microbios que se desarrollan cuando encuentran circunstancias favorables para hacerlo. Se sabe que estas bacterias forman colonias que pueden alcanzar una longitud de más de un milímetro y son resistentes a la radiación ultravioleta y otros factores ambientales, y los científicos se preguntaron entonces si podrían resistir en el espacio exterior el tiempo suficiente como para trasladarse a distancias interplanetarias.
El experimento dirigido por Yamagishi probó en 2018 la presencia de microbios en la atmósfera usando un avión y globos científicos que hallaron bacterias Deinococcal flotando a 12.000 metros de altura.
En busca de una respuesta, el equipo japonés colocó cúmulos de Deinococcus seca en paneles expuestos en el exterior de la EEI. Las muestras, de diferente grosor, allí quedaron durante uno, dos y tres años antes de observar su supervivencia.
Otros experimentos anteriores habían demostrado que las bacterias podrían sobrevivir por períodos largos en el espacio si tienen el escudo de formaciones rocosas, pero éste fue el primer estudio sobre la posibilidad de que las bacterias sobrevivan en el espacio exterior en forma de grumos o cúmulos.
Tres años más tarde, los investigadores encontraron que los cúmulos de más de 0,5 milímetros de espesor habían sobrevivido parcialmente a las condiciones del espacio, y observaron que si bien las bacterias en la superficie habían muerto, se había creado una capa protectora que aseguró la supervivencia de la colonia. Luego los investigadores usaron los datos de supervivencia en uno, dos y tres años de exposición y calcularon que un cúmulo de más de 0,5 milímetros de espesor sobreviviría entre 15 y 45 años en el exterior del laboratorio de la EEI.
Extrapolando esta información, los científicos han calculado que una colonia de un milímetro de espesor podría sobrevivir hasta ocho años en las condiciones extremas del espacio exterior. «Estos resultados indican que las Deinococcus resistentes a la radiación podrían sobrevivir en un viaje de la Tierra a Marte y regreso, un período que puede ser de varios meses o años en la órbita más corta», ha señalado Yamagishi. «Si la panspermia es posible, la vida debe existir mucho más comúnmente que lo que pensábamos».
Las nociones que sustentan la hipótesis de panspermia tienen su raíz en algunas consideraciones del filósofo griego Anaxágoras (500-428 AC), y el término fue sustanciado por el biólogo alemán Hermann Richter en 1865. En 1908, el químico sueco Svante August Arrhenius usó la palabra panspermia para explicar la aparición de vida en la Tierra y la hipótesis contó con el apoyo del astrónomo británico Fred Hoyle (1915-2001).