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Educación

Oxford y Cambridge suprimen los exámenes «tradicionales» para favorecer a las minorías

Pretenden así ayudar a los alumnos negros y de origen asiático, así como a los de menos recursos

Oxford y Cambridge suprimen los exámenes «tradicionales» para favorecer a las minorías

Una profesora reparte un examen en clase. | Freepik

Una de las grandes batallas en el terreno educativo durante las últimas décadas es la pugna entre un enfoque más clásico o tradicional de la enseñanza, en el que la exigencia es mayor y la memoria juega un papel fundamental, y una tendencia más posmoderna en la que se valoran las competencias sobre los conocimientos. Ambas posturas tienen sus partidarios y detractores. Un choque que se ha vuelto a poner de manifiesto con una reciente decisión conjunta de varias universidades británicas, entre ellas Oxford y Cambridge.

El anuncio en cuestión tiene que ver con los exámenes de toda la vida, aquellos en los que el alumno se enfrenta al enunciado y al espacio en blanco y el profesor se pasea entre los pupitres. Pues bien, estas pruebas tienen los días contados, al menos en un puñado de las universidades más prestigiosas de Reino Unido, incluidas las milenarias Oxford y Cambridge. Ambos centros han indicado que eliminarán el formato de examen tradicional para ser más inclusivos.

Los exámenes, «amenazas» para la autoestima

Tal y como informe The Telegraph, las dos universidades inglesas más reconocidas acaban de publicar su Plan de Acceso y Participación (APP, por sus siglas en inglés), un documento que sale a principios de cada año y que marca las líneas maestras que estos centros seguirán en los meses siguientes en lo que a organización y política educativa se refiere. En ese plan, Oxford afirma que «usará un abanico más diverso e inclusivo de evaluaciones», con lo que pretende «aumentar la probabilidad» de que sus estudiantes procedentes de «entornos socioeconómicos más bajos» mejoren sus resultados.

Cambridge va más allá y en su app llega a decir que los exámenes tradicionales son «amenazas para la autoestima» de sus alumnos. La universidad en la que estudiaron Isaac Newton, Alan Turing y Robert Oppenheimer considera que esta clase de método para evaluar es culpable de las «brechas de calificación» entre los estudiantes blancos y los de otras razas. Así, confían en que la medida de suprimir los exámenes escritos mejore los resultados para los alumnos negros y originarios de Bangladés («Black-British» y «British-Bangladeshi»).

Acerca de los métodos de evaluación que estas universidades y otras podrían empezar a potenciar a partir de ahora, el Telegraph hablar de «exámenes con el libro abierto» y de «trabajos para llevar a casa».

Por cierto, tanto Oxford como Cambridge pueden presumir de varios alumni ilustres que no son de raza blanca y que completaron sus estudios haciendo exámenes tradicionales. Del centro oxoniense, por ejemplo, se pueden mencionar a las ganadoras del Nobel de la Paz Malala Yousafzai (paquistaní) y Aung San Suu Kyi (birmana). Por parte de Cambridge, figuran los también premiados por la Academia Sueca Amartya Sen (indio, galardón en Economía) y Abdus Salam (paquistaní, en Física).

Los expertos, a favor de los exámenes

El filósofo Gregorio Luri, conocido divulgador sobre temas educativos, señala a THE OBJECTIVE que es un «firme partidario» de los exámenes, aunque no sean el único criterio de evaluación. Para el experto, esta clase de pruebas son relevantes porque «permiten objetivar» los conocimientos que ha adquirido un alumno: «Todos pensamos que sabemos mucho hasta que tenemos que ponerlo por escrito».

Luri dice que ha llegado a escuchar que «los exámenes son de derechas». Sin embargo, para el filósofo, más allá de casos concretos de profesores «con ínfulas de sargento chusquero», los exámenes son una buena forma de evaluar, de igual forma que cuando uno tiene fiebre se pone el termómetro para comprobar el alcance de la calentura. «Además», añade Luri, «los exámenes escritos tienen una ventaja adicional: son una herramienta de educación de la atención».

Por último, el escritor cita a Katharine Birbalsingh, directora de la prestigiosa escuela Michaela de Londres, que ha reaccionado a la decisión de Oxford y Cambridge en los siguientes términos (siendo ella misma de origen indio-guyanés): «’Los negros y los morenos no obtienen resultados a menos que les hagamos los exámenes más fáciles’. ¿Porque somos todos estúpidos? ¿Es por eso? ¿Acaso no se ve lo racistas que son estas políticas y estas asunciones? Absoluto y repugnante racismo».

https://twitter.com/Miss_Snuffy/status/1883443724316704979

«Estas medidas tienen los días contados»

La experta en educación Catherine L’Ecuyer, autora del best-seller Educar en el asombro, afirma que «a nadie se le escapa que existe una tendencia educativa que consiste en nivelar por la base». «Se aprueba sin aprobados, se educa bailando y en la universidad les piden dibujar sus emociones en colores y hacer Kahoots [plataforma educativa de juegos y concursos]».

Para L’Ecuyer, esas «ocurrencias» forman parte de una corriente antiintelectual e igualitarista que ve el elitismo intelectual, la excelencia y el mérito como privilegios que hay que purgar. La experta opina que estas medidas, al no estar basadas en evidencias, tienen los días contados. «Mi previsión es que volveremos pronto a lo básico, a lo de siempre, a lo clásico».

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