Un cachorro de oso que tenía la cabeza cubierta por un recipiente de plástico ha sido rescatado en un lago de Wisconsin (EE.UU.), por una familia que estaba navegando con su bote.
Por qué te lo contamos: este suceso pone de manifiesto las graves consecuencias de arrojar residuos a zonas naturales. Estos residuos, la mayoría de las ocasiones plásticos, pueden degradar los ecosistemas y provocar la muerte a los animales que los habitan. En este caso, el cachorro podría haber muerto ahogado porque el agua llenaba el recipiente de plástico que cubría su cabeza y le impedía respirar.
En la zona de Wisconsin, donde la familia Hurt –autores del rescate– estaba de pesca, vive un buen número de ejemplares de osos negros. Los Hurt estaban navegando cuando vieron una forma en la superficie del lago. Al aproximarse, se dieron cuenta de que era un cachorro de oso con un plástico en la cabeza. Fue Brian Hurt el que extendió la mano y logró sacar el tubo de plástico de la testa del animal.
En un vídeo publicado en las redes sociales se puede ver cómo inicialmente el oso se asusta. A continuación, los Hurt dan vueltas con su bote con la intención de poder extraer el recipiente, y tras varios intentos lo consiguen. Una vez que el cachorro estuvo liberado, nadó hacia la orilla del lago.
En declaraciones a Kennedy News and Media, los Hurt manifestaron su sorpresa por el hecho de que un recipiente de ese tipo pudiera acabar en la cabeza de un oso. «No se puede saber cómo reaccionará un animal salvaje, incluso si está tratando de salvar su vida, pero tuvimos que superar ese miedo y ayudarlo”, declararon.
Según los informes de expertos, el oso tuvo el recipiente en su cabeza durante casi cuatro días. Los residuos plásticos son una de las mayores amenazas de los ecosistemas y, con frecuencia, animales de todo el globo mueren por complicaciones con este material. El pasado noviembre, un ciervo fue hallado muerto con siete kilogramos de basura en su estómago en Tailandia.
