Demuestran que la situación del Mar Menor se debe a las aguas residuales, no a la agricultura
El grupo de Agroingenieros por el Mar Menor publica un informe que desmonta el mantra de que el nitrato es la principal causa de polución en la albufera de Murcia
Uno de los dogmas con más arraigo en nuestro país es el que reza que la contaminación del Mar Menor se debe a los nitratos empleados en la agricultura. Pero existe un grupo de expertos aglutinados en el colectivo Agroingenieros por el Mar Menor que está dispuesto a desafiarlo. Para ello, presentan este miércoles un informe pionero que demuestra, con datos, cómo la polución de la albufera situada en la región de Murcia responde, de manera preeminente, a las aguas residuales.
El informe, al que ha tenido acceso en primicia THE OBJECTIVE, comienza señalando que entre el 50% y el 80% de las aguas residuales generadas a nivel mundial se descargan en cuerpos de agua, por lo que estas -las aguas residuales- son siempre «el primer o segundo factor de contaminación». Así lo defiende el ingeniero agrónomo Pedro Fernández en conversación con este medio: «Sucede así en todas las lagunas costeras menos en el Mar Menor de la Región de Murcia, qué casualidad…».
El informe, en cuya redacción ha participado Fernández y que será presentado este miércoles en Murcia, muestra la alta presencia de aguas residuales en el Mar Menor, así como su incidencia en la situación actual de La Laguna. Lo que pretenden estos expertos es demostrar cómo el problema de contaminación es multifactorial, y que el mal saneamiento de la red provoca que haya vertidos continuos de aguas residuales, muy por encima de los niveles permitidos.
Esto provocaría las imágenes, ya recurrentes, de peces asfixiándose por la falta de oxígeno, símbolo ya del colapso ecológico del Mar Menor, la mayor laguna salada de Europa, tras décadas de maltrato institucional. Y es que, señala Fernández, el mal estado de la red de saneamiento y de las depuradoras estaría detrás, principalmente, de este desastre.
Grosso modo, el informe concluye que para actuar y revertir el actual estado del Mar Menor hay que redefinir las presiones clave: «Es por ello que hay que utilizar otros modelos y definir el grado de afección de las aguas residuales en la laguna a través de sus tres vías de entrada: dimensionamiento de las depuradores ribereñas, mal estado de la red de saneamiento y urbanizaciones y núcleos urbanos no conectados que vierten en pozos ciegos».
«Demostramos de forma contundente la presencia de amonio, materia orgánica y fósforo. Ninguna de las tres procede de la agricultura, sino de las aguas residuales. Cuando se producen lluvias, las depuradoras tiran agua sin tratar al Mar Menor, y ése es el caldo de cultivo para el crecimiento de fitoplancton», abunda Fernández, que señala todos estos datos para evidenciar que el diagnóstico que se ha hecho hasta el momento «no es el acertado»: «Estamos tratando a un paciente con cáncer con una dieta para el colesterol».
¿Y a qué responde que ese análisis o diagnóstico errado se haya extendido como la pólvora en los últimos años? Pedro Fernández, como ingeniero agrícola, dice que dicha respuesta no le corresponde, pero sí se atreve a señalar que «todos los partidos políticos, científicos y ecologistas hablan del nitrato cuando no existe ni un sólo estudio que demuestre la relación entre el nitrato y la mortandad de peces», debiéndose esta, entiende, a la «anopsia por la presencia de materia orgánica en la columna de agua». Una materia orgánica que provendría en última instancia, y de manera preponderante, de las aguas residuales.
El grupo de Agroingenieros por el Mar Menor está compuesto por Pedro Fernández Molina, que es doctor ingeniero agrícola; Pedro José Martínez Fernández, ingeniero técnico agrícola; Pompeyo Iváñez Miralles, ingeniero agrónomo; Aurora Conesa Sánchez, ingeniero técnico agrícola; José Luis Angosto Soto, ingeniero técnico agrícola; María Gloria Lara Sánchez, ingeniero técnico agrícola y Encarnación Mercader Ros, ingeniero técnico agrícola. Saben que causarán revuelo.
«No queremos blanquear la agricultura, ni plantearla como una ONG», adelanta Fernández, que zanja: «Solo queremos que se ponga el foco en el factor principal porque nuestro objetivo es solucionar el problema del Mar Menor».