La sequía y el trasvase de agua a Portugal dejan los embalses españoles en mínimos históricos
España comienza nuevo año hidrológico con los embalses al 31.93% de su capacidad total, el dato más bajo en 25 años
Ni las lluvias torrenciales en el levante de las últimas semanas, ni la tormenta tropical Hermine en las Islas Canarias han salvado el año hidrológico, que se cerró el pasado día 30 de septiembre con las cuencas en mínimos históricos. Las reservas de agua embalsada en España bajan de los 18.000 hm3 por primera vez desde diciembre de 1995. De esta forma, España comienza nuevo año hidrológico (1 octubre) con los embalses al 31.93% de su capacidad total, acumulando en estos momentos 17.924 hm3 de agua, el dato más bajo en 25 años, cuando en 1995 se registró 13.400 hm3 al cierre del año, según datos del Ministerio de Transición Ecológica.
Ha llovido poco. Esa es la explicación principal que deja a las cuencas en una situación nunca vista para muchos. El actual año hidrológico es el tercero más seco del siglo XXI y el cuarto más seco desde 1961, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Las estaciones meteorológicas peninsulares e insulares registraron de media 473 litros por metro cuadrado, de forma que las lluvias han estado un 25% por debajo de lo normal en el conjunto del territorio (635 mm).
Una anormalidad que cada vez es más frecuente al observar la serie histórica en la base de datos de la Aemet. El ejercicio 2004-2005 se cerró con 415 litros por metro cuadrado de media, seguido por el de 2012-2013 con una media de 473,5 litros por metro cuadrado, de acuerdo con los datos consultados por THE OBJECTIVE.
Sin embargo, la ausencia de precipitaciones no es el único motivo, la otra variable de la ecuación es la temperatura. España ha vivido el verano más cálido desde que hay registros con una temperatura media registrada de 24,7º, 2 °C por encima de la media, un hecho que ha provocado que aumente la evapotranspiración de los embalses y de las plantas.
Envío de agua a Portugal
A la escasez de lluvias y a las altas temperaturas, hay que añadir que España está obligada a transferir de media anualmente a Portugal unos 15.000 hectómetros cúbicos de agua en virtud del Convenio de Albufeira. Un tratado que regula la gestión de los cinco ríos que comparten ambos territorios: Miño, Limia, Duero, Tajo y Guadiana y que obliga a las hidroeléctricas a enviar semanal, trimestral y anualmente una cantidad de agua.
Es cierto que el convenio contempla momentos de sequía, definidos como ‘periodos de excepción’, en los que España no está obligada a cumplir con unos mínimos. Sin embargo, el problema recae en que los niveles por los que se rige el Gobierno español para considerar que hay un estado de sequía son diferentes a los que contempla el convenio, explican a THE OBJECTIVE fuentes del sector energético.
Así pues, mientras que, generalmente, se considera una sequía meteorológica si la precipitación es del 75% (precipitación promedio de 30 años), el Convenio de Albufeira establece que el régimen de caudales no se aplica en los períodos en que la precipitación de referencia acumulada en la cuenca desde el inicio del año hidrológico (1 de octubre) hasta el 30 de septiembre sea inferior al 70%. Esto hace que momentos de sequía no sean considerados ‘periodos de excepción’ según el Convenio de Albufeira y España tenga que seguir ‘soltando’ agua a Portugal, como es el caso actual, cuyo año ha cerrado con un porcentaje de precipitación del 73%. Por lo tanto, estamos en sequía meteorológico según el Gobierno, pero no en periodo de excepción según el Convenio.
Esto hizo que en la última semana de septiembre –coincidiendo con los últimos días del año hidrológico– los embalses españoles, en un intento de cumplir con el Convenio, soltasen de golpe 540 hm3, que supuso un 2,9% del total de agua embalsada. Un hecho que no ocurría desde 1988, cuando se produjo una bajada superior (-3,0%) durante esta misma semana del año, de acuerdo con los datos consultados por este periódico. Sin embargo, a pesar de esta brusca caída de caudal durante la última semana, la entrega solo se ha completado en un 90%, informa el propio Ministerio para la Transición Ecológica en un comunicado, donde señala que ambos países han acordado celebrar a lo largo del próximo trimestre «una reunión de alto nivel para evaluar el año hidrológico 2021/22 y planificar el futuro del problema de la escasez de agua y la sequía en la Península Ibérica».
«Esto es la otra cara de la moneda», cuenta a este periódico Francisco Javier Flores Montoya, vicepresidente de la Sociedad Española de Presas y Embalses y que formó parte de las negociaciones iniciales del convenio. Flores reconoce que siendo este «un convenio de buena vecindad», en su opinión, los compromisos «eran muy fuertes para situaciones de sequía». «Los embalses que sueltan el agua son embalses hidroeléctricos que necesitan de potencia para dar respuesta a las puntas del sistema eléctrico», defiende el también ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que señala que Portugal «tiene más agua que España porque llueve más». «Este convenio les ha beneficiado mucho, ellos no han puesto nada», concluye el experto.