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Medio Ambiente

Acuerdo histórico en la Cumbre sobre Biodiversidad para proteger un 30% del planeta

Entre los objetivos para mediados de siglo están aumentar el área de ecosistemas naturales y detener la extinción «inducida» por el ser humano

Acuerdo histórico en la Cumbre sobre Biodiversidad para proteger un 30% del planeta

La COP15 se ha celebrado en Montreal (Canadá). | SEO/BirdLife

La 15ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad -conocida como COP15- concluyó este lunes en Montreal (Canadá) con el acuerdo de que «al menos un 30% de las áreas terrestres, de aguas continentales y costeras y marinas del mundo» -especialmente, las de particular importancia para la biodiversidad y las funciones y los servicios de los ecosistemas- «se conserven y gestionen de manera efectiva».

Esa es una de las 23 metas incluidas en el nuevo Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, adoptado por 195 países y la UE. La COP15 tuvo una primera parte con sesiones virtuales en octubre de 2021 desde Kunming (China) debido a las restricciones de movilidad por la pandemia de la covid-19. Y la segunda y definitiva fase se celebró en la ciudad canadiense con negociaciones desde el pasado 7 de diciembre, según señala Servimedia.

Ese Marco sustituirá a las llamadas Metas de Aichi, que son 20 objetivos mundiales de biodiversidad acordados en 2010 para conservar la naturaleza hasta 2020 y que se incumplieron en su totalidad y solo seis de ellos se alcanzaron parcialmente, según Naciones Unidas.

Metas para 2050

El acuerdo incluye cuatro metas para 2050 y 23 objetivos para 2030. El documento fue impulsado por la Secretaría del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés).

Entre los objetivos para mediados de siglo están aumentar «sustancialmente» el área de ecosistemas naturales y detener la extinción «inducida» por el ser humano de especies amenazadas conocidas y reducir 10 veces la tasa de extinción, gestionar «de forma sostenible» la biodiversidad con «contribuciones de la naturaleza a las personas».

Que los beneficios de los recursos genéticos se compartan de manera justa y equitativa incluso con los pueblos indígenas y que pongan los medios adecuados -recursos financieros, creación de capacidad, recursos técnicos y cooperación científica, y acceso y transferencia de tecnología- para cerrar la brecha financiera en unos 700.000 millones de dólares anuales completan la relación de metas para 2050.

Objetivos para 2030

Respecto a los objetivos para 2030, destaca proteger la superficie del planeta al menos un 30% mediante «medios ecológicamente representativos, bien conectados y sistemas de áreas protegidas gobernadas equitativamente y otras medidas efectivas de conservación». Es lo que se denomina ‘compromiso 30×30’ (es decir, 30% en 2030).

Otras metas se refieren a reducir en un 50% la tasa de introducción de especies exóticas invasoras y controles o erradicación de esas especies en sitios prioritarios como las islas, que la pérdida de áreas de gran importancia para la biodiversidad llegue a «casi cero» y rebajar al menos a la mitad el exceso de nutrientes perdidos en el medio ambiente y el riesgo general de plaguicidas y productos químicos altamente peligrosos.

Garantizar que la gestión y el uso de las especies silvestres sean sostenibles; asegurar que las áreas dedicadas a la agricultura, la acuicultura, la pesca y la silvicultura se gestionen de manera sostenible; restaurar, mantener y mejorar las contribuciones de la naturaleza a las personas, y reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos, «significativamente» el consumo excesivo y «sustancialmente» la generación de residuos son otras metas.

Además, el Marco Mundial de Biodivesidad Kunming-Montreal indica como objetivo identificar para 2025 y eliminar o reformar los incentivos, incluidos los subsidios, perjudiciales para biodiversidad hasta reducirlos en al menos 500.000 millones de dólares anuales.

También recoge la movilización de al menos 200.000 millones de dólares al año desde 2030, con al menos 20.000 millones en 2025 y 30.000 en 2030 a través de recursos financieros internacionales relacionados con la diversidad biológica de los países ricos y naciones que asuman obligaciones voluntarias para los Estados pobres. Otro objetivo es «garantizar la representación y participación plena, equitativa, inclusiva, eficaz y con perspectiva de género en la toma de decisiones, y el acceso a la justicia y la información relacionada con la biodiversidad» por parte de pueblos indígenas y comunidades locales con respeto a sus culturas y sus derechos sobre las tierras, territorios, así como de «mujeres y niñas, niños y jóvenes, y personas con discapacidad», y asegurar la «plena protección de los defensores de los derechos humanos ambientales».

«Progreso rápido»

Tras la adopción del acuerdo, la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Inger Andersen, comentó que ese Marco supone «un primer paso para restablecer» la relación de los seres humanos con el mundo natural.

«El éxito se medirá por nuestro progreso rápido y consistente en la implementación, lo que hemos acordado. Todo el sistema de las Naciones Unidas está orientado a apoyar su aplicación para que podamos realmente hacer las paces con la naturaleza. Durante demasiado tiempo, la humanidad ha pavimentado, fragmentado, extraído en exceso y destruido el mundo natural del que todos dependemos», indicó.

«Por fin conseguimos acordar un Marco Global que oriente nuestros esfuerzos», comentó a través de Twitter la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

La directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz destacó que, «por fin y tras años de retraso, el mundo cuente con un marco de acción común para detener la pérdida de biodiversidad». Hay avances relevantes en materia de conservación como, por ejemplo, el objetivo 30×30: el compromiso de proteger y conservar el 30% de la tierra y los océanos para 2030. También se han puesto encima de la mesa soluciones sobre financiación, eliminación de subvenciones perjudiciales, respeto de derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales o igualdad de género».

«En general, el Marco dice cosas buenas, pero la falta de detalles y el lenguaje vago utilizado en algunas partes del texto no ayudan. Los países tienen el duro trabajo de hacer realidad un texto genérico y esta labor debía haber empezado anteayer. No es haya tiempo que perder, es que tenemos que recuperar el tiempo perdido para proteger la naturaleza y, con ello, nuestra propia salud”, apuntó.

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