Hace ocho años la Unión Europea hizo una modificación en su Tratado de Funcionamiento para reconocer a los animales como seres sintientes. En ese momento, ya otros países europeos lo había hecho. Austria y Alemania, por ejemplo, especifican en sus leyes que los animales no son cosas. Lo mismo ocurre con el Código Civil catalán, que establece en su libro quinto que los animales de compañía “no tienen consideración de cosas y están bajo la protección de la ley”. Suiza, Francia y Portugal también han tomado las medidas necesarias para modernizar sus legislaciones en este sentido. Pero en el Código Civil español, en cambio, los animales son considerados bienes semovientes, es decir, cosas que se mueven por sí mismas.