Rusia suspende la proyección de una comedia sobre la muerte de Stalin
Rusia ha suspendido este martes la proyección de la película británica La muerte de Stalin, una sátira política criticada por personalidades de la cultura rusa por burlarse de los dirigentes y símbolos soviéticos.
Rusia ha suspendido este martes la proyección de la película británica La muerte de Stalin, una sátira política criticada por personalidades de la cultura rusa por burlarse de los dirigentes y símbolos soviéticos.
El ministro de Cultura, Vladímir Medinski, ha negado que la suspensión de la proyección de la película sea un acto de censura gubernamental. «Nosotros no tenemos censura. No tenemos miedo a las interpretaciones críticas e imparciales de nuestra historia», ha dicho Medinski a la prensa.
También ha adelantado que, además de retirarle la acreditación de exhibición, se ha decidido realizar un análisis jurídico del contenido de la cinta, en alusión a que podría tener carácter extremista, lo que llevaría a su prohibición definitiva. «Mucha gente de edad avanzada, y no solo ellos, la han interpretado como una burla insultante de su pasado soviético, de un país que derrotó al fascismo, del Ejército soviético, de la gente común y, lo más desagradable, de las víctimas del estalinismo», ha comentado el ministro.
La muerte de Stalin, dirigida por el británico Armando Iannucci y que debía estrenarse el 25 de enero, aborda con tono de humor las intensas luchas que siguieron a la muerte de Iosif Stalin en 1953.
Un grupo de destacados miembros del consejo adscrito al Ministerio de Cultura, entre los que figura el famoso cineasta Nikita Mijalkov, han arremetido contra la cinta tras asistir a su preestreno al considerar que incluye material que puede ser catalogado de extremista. En su opinión, la comedia es calumniosa con la historia de la URSS y mancilla la memoria de los ciudadanos soviéticos que derrotaron al fascismo.
También han denunciado que el mariscal Georgui Zhúkov, el héroe soviético de la Segunda Guerra Mundial, es presentado como un payaso y enmarcaron el filme en la actual «lucha ideológica contra Rusia». Además, dada la cercanía del 75 aniversario de la victoria en la batalla de Stalingrado, han pedido encarecidamente que se aplace varios meses su exhibición.
Estas personalidades han recibido el apoyo del comité de Cultura de la Duma, desde donde han llamado a posponer su estreno y han calificado la cinta de «asquerosidad», aunque han matizado que la ley impide prohibir la película.
Los comunistas la han tachado de «provocación» en vísperas de las elecciones presidenciales del 18 de marzo, en las que el actual presidente, Vladímir Putin, buscará la reelección.
La muerte de Stalin fue estrenada el septiembre pasado durante el Festival de Toronto, al que acudieron sus principales protagonistas. El sucesor de Stalin, Nikita Jruschov, es interpretado por Steve Buscemi; Zhúkov, por Jason Isaacs, mientras que el conocido comediante de Monty Python Michael Palin se pone en la piel de Viacheslav Mólotov, en un elenco que incluye también a la ucraniana Olga Kurilenko.
En declaraciones a la prensa rusa, el director de la película ha asegurado que la película no pretende ser un documento histórico y ha admitido que los diálogos entre los dirigentes soviéticos son producto de su fantasía. En el cartel de la película, en un fondo totalmente rojo aparecen dos personas tirando del famoso bigote de Stalin, imagen coronada por un gorro militar con una estrella roja.
La imagen de Stalin, quien dirigió con mano de hierro la URSS durante más de un cuarto de siglo, ha mejorado en los últimos años y cada vez son menos los rusos que le consideran un dictador sanguinario culpable de la represión de millones de personas.